El evento atrajo a más de 200 participantes, incluidos funcionarios del Gobierno canadiense, diplomáticos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) y empresarios y expertos de ambos lados.
La conferencia se centró en cuestiones clave que afectan a la Asean y Canadá, con especial atención a las oportunidades de comercio e inversión, actualizaciones de políticas y medidas prácticas para mejorar la cooperación bilateral. A través de sesiones de intercambio de conocimientos, los expertos discutieron estrategias para fomentar conexiones comerciales mutuamente beneficiosas en áreas como la tecnología verde y limpia y la transición energética.
TB Nguyen, director del CABC para Montreal, destacó la importancia del evento para fortalecer el compromiso de las empresas canadienses con el Sudeste Asiático. Con una participación sustancial de empresarios, funcionarios y partes interesadas, la conferencia creó una valiosa plataforma para la creación de redes y el intercambio de conocimientos, que se prevé catalice la cooperación en múltiples sectores.
Canadá está impulsando de manera proactiva su estrategia comercial en el Indopacífico, con énfasis en la obtención de acuerdos de libre comercio (ALC) con la Asean como bloque y con Indonesia individualmente. Se espera que estos acuerdos, cuya conclusión está prevista para 2025, dinamizarán las relaciones comerciales y complementarán el marco de asociación existente en virtud del Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífica (CPTPP), en el que participan cuatro países de la Asean. Una vez completado, el ALC con la Asean podría impulsar el PIB de Canadá en 2,5 mil millones de dólares y el de la agrupación en casi 40 mil millones de dólares.
Jean Charest, ex viceprimer ministro canadiense y ex primer ministro de Quebec, señaló que la experiencia de Canadá después de la Covid-19 y la evolución de las preocupaciones en materia de seguridad han puesto de relieve la necesidad de diversificar el comercio, en particular en Asia.
Destacó el potencial de crecimiento que ofrece la Asean en sectores como la energía, la sostenibilidad ambiental y la infraestructura, en los que Canadá posee tanto experiencia como recursos financieros. Para apoyar aún más a las empresas canadienses en el Sudeste Asiático, la nación norteamericana está planeando establecer una Cámara de Comercio Canadá-Asean, que complementará los esfuerzos de la CABC.
Vietnam, en particular, se destaca como una economía dinámica y un punto de entrada para las empresas canadienses en la Asean. Con una conectividad de transporte marítimo directo entre Montreal y Hai Phong, el país indochino está estratégicamente posicionado para mejorar la logística y las cadenas de suministro entre las regiones.
El director ejecutivo de la CABC, Wayne Farmer, destacó el compromiso de Vietnam con la transición energética y la descarbonización, áreas en las que los inversores canadienses pueden aportar experiencia e inversión. Farmer agregó que el papel de Hanói en la cadena de suministro ofrece beneficios recíprocos: las empresas canadienses obtienen acceso a las capacidades de producción vietnamitas, mientras que los consumidores del país indochino obtienen acceso a los productos del país del maple.
Como economía impulsada por las exportaciones, con envíos al exterior que representan el 60 por ciento de su PIB, Canadá está ansioso por reducir su dependencia del mercado estadounidense y diversificar su comercio. La Asean, y Vietnam en particular, presentan una alternativa atractiva, con un potencial creciente para convertirse en un destino principal para las empresas canadienses.