En concreto, la explotación pesquera alcanzó más de tres millones 840 mil toneladas, un incremento interanual del 2,5 por ciento, mientras la de los cultivos acuícolas registró alrededor de cuatro millones 560 mil toneladas, un alza del 1,4 por ciento.
En cuanto a la pesca, las provincias y ciudades impulsan la pesca de altura y llevan a cabo la reestructuración de la producción, los medios de pesca adecuados a las reservas de recursos acuáticos, así como la reorganización y modernización de flotas pesqueras, además de la tecnología de explotación, la preservación y el procesamiento.
Con respecto a la acuicultura, las localidades se enfocan en la planificación de áreas de cultivo y las especies clave, aparte del ajuste de la estructura apropiada y el desarrollo de áreas de cultivo de camarón y peces que apliquen tecnologías amigables con el medio ambiente.