Aunque las perspectivas económicas nacionales son positivas, los actuales retos dentro y fuera del país requieren una mayor coordinación en materia de políticas, recomendó la institución financiera.
El BM también calificó de estables las bases macroeconómicas de Vietnam, cuyo turismo va recuperándose con la reanimación paulatina del mercado chino, originalmente emisor de un 30 por ciento de sus visitantes.
Sin embargo, el crecimiento en ese sector no ha vuelto a los niveles previos a la pandemia y se prevé que la demanda doméstica se vea afectada por una inflación del 4,5 por ciento, más alta que en el año pasado.
Por otra parte, en la primera mitad de 2023 se ralentizarán las exportaciones de la industria manufacturera y procesadora vietnamita debido a una merma en la demanda de Estados Unidos y la Eurozona, mientras China, otro de los grandes clientes, está a la búsqueda de un itinerario propio de recuperación económica.
La entidad resaltó, además, la importancia de desplegar un programa de apoyo económico valorado en 1,6 por ciento del PIB nacional, centrándose en los proyectos de inversión pública clave en aras de propulsar el crecimiento.
Todavía existen presiones relacionadas con el tipo de cambio, lo cual exige flexibilidad en la regulación de las tasas de interés y un monitoreo más riguroso para limitar los riesgos financieros, advirtió el BM.
