Con una vasta zona rural y más de mil aldeas artesanales, la capital vietnamita considera el turismo agrícola y comunitario como pilar del crecimiento local. El objetivo es que, para 2025, al menos cien aldeas reciban apoyo en la construcción de marca y certificación de sello colectivo; hasta 2024 ya se han alcanzado 64.
El programa OCOP (Cada comuna, un producto) también impulsa con fuerza este proceso. Actualmente, Hanói cuenta con 16 centros de diseño y promoción vinculados a aldeas artesanales, que sirven como puente entre productos agrícolas y visitantes. Existen modelos exitosos como la cooperativa de Van An que combina producción limpia con experiencias educativas, la finca de uva orgánica en Vinh Thanh con homestay, o la aldea de bonsáis de Hong Van que atrae a más de 60 mil visitantes al año.
Según Nguyen Manh Quyen, vicepresidente del Comité Popular de Hanói, el turismo agrícola favorece la transición laboral, incrementa ingresos, atrae inversión y protege el patrimonio cultural. El sector agrícola debe coordinarse con el turístico para crear cadenas de valor completas que integren producción, procesamiento, productos OCOP y servicios, donde las cooperativas y empresas sean el núcleo. La prioridad es vincular el programa OCOP con circuitos turísticos y generar redes de consumo en el propio destino.
En paralelo, Hanói promueve la transformación digital en turismo agrícola: digitalización de mapas de destinos, diseño de recorridos en línea, facturación electrónica y uso de tecnologías AR/VR.
Al mismo tiempo, se fortalece la capacitación de recursos humanos locales en atención turística, gastronomía tradicional y gestión de homestay, creando empleo sostenible para mujeres y jóvenes rurales.
Expertos recomiendan completar la planificación de espacios agro-turísticos, ofrecer créditos preferenciales, facilitar el acceso a tierras y simplificar trámites para atraer inversión. Cada aldea o cooperativa debería integrarse en al menos un tour con productos típicos de temporada.
En el contexto de integración internacional, el turismo agrícola se perfila como un puente armonioso entre desarrollo económico y preservación cultural. Con su potencial disponible y la cooperación de autoridades, empresas y comunidades, Hanói puede consolidarse como un referente en el desarrollo socioeconómico de la capital y del país.