Las autoridades locales fueron alertadas de las amenazas el 23 de agosto, dijo la Policía de Singapur en un comunicado. Los oficiales coordinaron con los guardias de seguridad y no encontraron ningún elemento que representara un problema de seguridad.
La fuerza no reveló los lugares específicos involucrados ni si se había producido alguna evacuación después de que se hicieran las amenazas.
La Policía se toma en serio todas las amenazas a la seguridad y no dudará en tomar medidas contra quienes comuniquen intencionalmente información falsa sobre amenazas de bomba, señala el comunicado.
Cualquiera que sea declarado culpable de comunicar información falsa sobre algo perjudicial puede ser condenado a hasta siete años de prisión y a una multa de hasta 37 mil dólares, o ambas cosas.