Responsabilidad de recuperar la confianza de los lectores

En los últimos tiempos, muchos periódicos han ido perdiendo poco a poco la confianza de sus lectores por los métodos que aplican para conseguir más "vistas" y "me gusta". La pregunta es: ¿Qué debe elegir la prensa digital: seguir a los algoritmos para lograr un alto tráfico a costa de mermar su reputación o seleccionar información útil y adecuada con su línea editorial para mejorar su responsabilidad con la sociedad y la comunidad?
Reporteros cubren un evento. (Foto: Viet Chung)
Reporteros cubren un evento. (Foto: Viet Chung)

Buscar lectores reales

La tarea de atraer y retener lectores en el ciberespacio es cada vez más difícil y tensa. Las visitas y los "me gusta" se convierten en una medida del atractivo de la información para los lectores. La imagen de personas sentadas en los bancos de las aceras leyendo periódicos recién impresos cada mañana ha sido sustituida por personas que navegan por Internet con sus teléfonos o dispositivos inteligentes. Por lo tanto, los periodistas tienen que cambiar sus hábitos en la producción de contenidos informativos, así como su pensamiento periodístico para adaptarse a la tendencia general.

La carrera informativa entre los diarios digitales para "atraer" a los internautas conlleva muchas consecuencias. Por ejemplo, al primar la velocidad para incrementar su competitividad, algunos periódicos publican información inexacta, incompleta o no verificable o incluso una copia idéntica de otra fuente.

Sobre la información de gran interés social, pero carente de actualidad, algunos medios aplican trucos de periodicuchos poniendo titulares que incitan temas polémicos, sexuales y populares. En algunos casos el titular no tiene nada que ver con el contenido del artículo o es ambiguo, lo que confunde a los lectores porque creen leer información actualizada, pero en realidad obsoleta.

Otros medios de comunicación evalúan la calidad de la información y pagan a los autores en función del número de "me gusta" y visitas a las páginas web o a las redes sociales, lo que aumenta la presión sobre quienes escriben los contenidos. Muchos reporteros, sobre todo los jóvenes que trabajan para algunos periódicos electrónicos, se atreven a hacer cualquier cosa para conseguir el mayor número posible de visitas, sin importar las consecuencias.

Las noticias y artículos de este tipo siempre giran en torno al "ecosistema informativo" más buscado con palabras clave que se califican de “hot” en determinados momentos para conseguir "me gusta", aunque su aportación a la sociedad sea mínima.

¿Quiénes son los verdaderos lectores del periodismo digital? ¿Y el número de "vistas" y "me gusta" contabilizados por algoritmos gracias a plataformas tecnológicas "representan" verazmente el nivel de interés de los usuarios de dispositivos tecnológicos por un determinado contenido informativo?

Si esto es cierto, es triste, porque las estadísticas muestran que la información sensacionalista relacionada con la vida privada de los famosos y los sucesos suelen aparecer en la lista de los más vistos en lugar de las áreas de política, economía, medio ambiente y muchas otras.

Y sería aún más decepcionante que la sociedad o las agencias de noticias pensaran que la información dirigida a los gustos inmediatos de los lectores es más valiosa que los artículos de fondo a los que el redactor dedica mucho tiempo.

La paradoja es que el periodismo digital intenta satisfacer al 80 por ciento de los lectores, los que ojean superficialmente su página, cuando debería "ocuparse" del 20 por ciento restante que dedica tiempo a leer artículos enteros. Estos son los lectores a los que realmente les interesan las noticias del periódico.

Redefinir y encontrar lectores de manera elaborada

Para retener a los lectores, cualquier periódico en línea debe identificar con precisión a su verdadera audiencia. Esto significa disponer de datos sobre ellos, saber quiénes visitan el sitio con regularidad y cuánto tiempo permanecen en él. Analizar qué tipo de información leen ayudará a los periodistas a elaborar artículos adaptados a las necesidades de consumo de información de cada lector.

Sabemos que el periodismo prevalece y gana prestigio social gracias a la fidelidad de sus lectores. En este sentido, no es necesariamente cierto que un periódico con un gran número de lectores tenga un gran número de lectores fieles. Las noticias producidas según el interés de las masas, utilizando palabras clave trending para aumentar la accesibilidad de los usuarios tecnológicos, son en realidad un "truco" para el puro objetivo de ganar el mayor número de visualizaciones posibles.

Ya es hora de que la prensa en línea redefina su audiencia y busque con cuidado lectores leales, que estén genuinamente interesados ​​en la información producida, no "accidentalmente" debido a los algoritmos.

Al mirar a la realidad del desarrollo del periodismo en línea durante los últimos tiempos, existe una paradoja porque numerosos periódicos han perdido su prestigio a costa de aumentar de vistas. Noticias amarillistas inútiles de entretenimiento prolifera por sus páginas, mientras muy pocas personas prestan atención a temas profundos sobre importantes aspectos de la vida.

Según criterios profesionales, la información desacreditada es un revés para el periodismo. En el reciente programa de formación "Transformación digital en el periodismo", reputados expertos subrayaron que, en el actual contexto de desarrollo de las redes sociales y la comunicación digital, no es posible juzgar el crecimiento de un periódico únicamente en función del número de visitas, ni evaluar la capacidad y pagar a los reporteros en función de las opiniones. En otras palabras, valorar el acceso a las noticias es un error en el periodismo en línea.

Para tener lectores fieles, los periódicos en línea deben practicar principios y funciones correctos, y esforzarse por ofrecer a la audiencia información útil y productos creativos y perspicaces. La calidad, la utilidad y la capacidad de influir positivamente en la percepción de los lectores se consideran el camino hacia su corazón. La confianza del lectorado no la crea un algoritmo, sino la fuerza interior de cada periodista y el órgano periodístico.