Vietnam celebra con orgullo el 49 aniversario de un hito histórico, la reunificación nacional que marcó el fin de una era de división y conflicto en el país indochino.
Hace exactamente 49 años, el 30 de abril de 1975, a las 10:45 de la mañana, un tanque del Ejército de Liberación del Sur irrumpió valientemente a través de las puertas del Palacio de la Independencia en Saigón. Este acto simbólico marcó el colapso final del régimen de Saigón, y a las 11:30, la bandera del ejército ondeaba sobre el palacio, consolidando la victoria de las fuerzas de liberación, resalta ABC Mundial.
Las máximas autoridades del gobierno de Saigón, Duong Van Minh, Nguyen Van Huyen y Vu Van Mau, se vieron obligadas a entregar unilateralmente su administración al Gobierno Revolucionario Provisional de la República de Vietnam del Sur. La declaración de entrega fue transmitida a toda la República de Vietnam a través de Radio Saigón, marcando un punto de inflexión en la historia del país.
Desde entonces, Vietnam ha avanzado con determinación en su camino hacia la reconstrucción y el desarrollo. A pesar de los desafíos persistentes y las heridas de la guerra, el país ha logrado un impresionante crecimiento económico y una apertura gradual al mundo.
Con una política de renovación implementada desde 1986, Vietnam ha experimentado un notable progreso socioeconómico. Su tasa de crecimiento del PBI ha sido envidiable, y su participación en tratados de libre comercio y relaciones internacionales lo ha consolidado como un actor importante en la escena mundial.
“Aunque las cicatrices de la guerra aún persisten, Vietnam continúa avanzando con determinación hacia un futuro próspero. Hoy en día, el país se erige como una pieza clave del Sudeste Asiático, con una economía en crecimiento, relaciones internacionales sólidas y un espíritu resiliente que inspira al mundo”, destaca la página.
La página web de la Radio Nacional de Argentina publica el trabajo del periodista Gastón Fiorda, quien estuvo hace poco en Vietnam sobre sus experiencias con los veteranos de guerra vietnamita. (Foto: VNA) |
Mientras tanto, en la página web de la Radio Nacional de Argentina publicó el trabajo del periodista Gastón Fiorda, quien estuvo hace poco en Vietnam sobre sus experiencias con los veteranos de guerra vietnamita.
Sobre la victoria de la operación Ho Chi Minh en 1975, Hoang Thi Khanh, excombatiente contó: “cuando escuchamos la noticia de que Saigón había sido liberada, sentimos que estábamos oficialmente vivos y que podíamos regresar a casa con nuestras familias y amigos”, de acuerdo con Fiorda.
Era el tiempo de recuperar el silencio de los bosques, de las montañas y los ríos, tan afectados por los bombardeos, los agentes químicos y los más de 10 mil días de combate. Eran tiempos de recuperar la paz, de dejar de temerle a la muerte.
“Tran Quang Hoan, primer embajador vietnamita en Argentina coincide en definir aquel 30 de abril de 1975 como el día de “la victoria contra el régimen de Saigón; una victoria que significaba la paz, el fin de la guerra. Todo sin demasiadas estridencias porque sabíamos que del otro lado también había vietnamitas. Habían muerto muchos. No podíamos celebrar eso. Celebrábamos el inicio de los tiempos de paz, y la posibilidad, después de mucho sufrimiento, de tener un país unificado”, según Fiorda.
Fue una guerra no convencional, sin líneas de frente, con combates que se dieron fuera de las zonas delimitadas, sobre población civil, aldeas y en los nudos selváticos. Triunfó la estrategia del Viet Minh y del Frente Nacional de Liberación de someter a Estados Unidos a una operación de desgate, muy costosa, que despertó la crítica internacional y de una parte importante de la sociedad norteamericana.
Su incursión militar en la península de Indochina dejó un saldo en víctimas enorme: más de 58 mil estadounidenses muertos, 250 mil survietnamitas y cerca de un millón de soldados de Vietnam del Norte, entre el Viet Minh y el Frente Nacional de Liberación. A eso hay que sumarle cerca de 2 millones de víctimas civiles.
Vietnam se da hoy la tarea de asegurarse la vida, reconfigurando sus prioridades, sin perder de vista las condiciones que permitieron definir su propia identidad, sabiendo que la guerra, lejos de ser un conflicto acabado, resulta una herida profunda con traumas que se reviven en la actualidad.
“Sin embargo, su pueblo no habla ni actúa condicionado por el odio. Se permitió formas no violentas de redimir la tragedia. Se otorgó la posibilidad de crecer en base a sus convicciones con políticas activas de reparación histórica y preservación de la memoria”, escribió el periodista argentino.