El libro fue coeditado por el profesor y doctor René Thiele, rector de la Universidad Vietnamita-Alemana (VGU), y el profesor y doctor Andreas Stoffers, especialista en el Sudeste Asiático y en la economía vietnamita de la Universidad de Ciencias Aplicadas FOM de Essen.
Los autores destacan que la relación entre ambos países ha estado marcada por experiencias compartidas de división y reunificación.
Como señala la embajadora de Alemania en Vietnam, Helga Margarete Barth, en la obra, los vínculos bilaterales demuestran que las diferencias no necesariamente representan un obstáculo, sino que pueden convertirse en un motor de desarrollo. Alemania y Vietnam, añade, comparten la determinación de reconstruirse desde las ruinas para alcanzar la prosperidad.
Desde una perspectiva político-económica, Stoffers sostiene que Vietnam se ha consolidado como el “pilar estratégico” de Alemania en el Sudeste Asiático. Afirma que el paso de una relación basada en el modelo donante-receptor a una asociación entre iguales constituye un punto de inflexión decisivo, que pone de relieve la relevancia especial de los lazos bilaterales.
En la misma línea, Marko Walde, representante principal de la Cámara de Comercio e Industria Alemana en Vietnam (AHK), subraya que las empresas alemanas no llegan al país únicamente en busca de mano de obra barata, sino para establecer alianzas con socios innovadores que ayuden a posicionar a Vietnam como un eslabón clave en las cadenas globales de valor verde.
El hito de la “Declaración de Hanói de 2011”, que elevó la relación bilateral al nivel de Asociación Estratégica, se destaca como una muestra del más alto grado de confianza política y como la base para una cooperación profunda y diversificada en la década siguiente.
En el libro, la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Vietnam (EVFTA) se describe como el catalizador económico más significativo en los 50 años de relaciones bilaterales.
Para Alemania, el acuerdo - con compromisos claros en materia de protección de la inversión y transparencia - crea condiciones más favorables para que las empresas alemanas accedan al mercado vietnamita, una puerta de entrada a la Asean, especialmente relevante en el contexto de la diversificación de las cadenas globales de suministro.
Si el EVFTA es la “puerta de entrada”, señala la publicación, las tecnologías clave y la cultura de gobernanza de Alemania son la “llave”. El establecimiento de centros de investigación y desarrollo por parte de empresas como Bosch y Siemens se presenta como una prueba de la confianza en el potencial intelectual de Vietnam y como un claro giro desde la cooperación basada en la mano de obra hacia la innovación y las colaboraciones en el ámbito de la Industria 4.0.
Más allá de la esfera económica, el libro considera a la comunidad vietnamita en Alemania - que supera las 200 mil personas - como un “capital social” que sustenta y fortalece la amistad bilateral.
La imagen de Vietnam en Alemania ha evolucionado, pasando de estar asociada principalmente con la guerra a la de un socio económico dinámico y un actor influyente en la Asean.
La comunidad vietnamita ha logrado una integración silenciosa pero profunda, sin perder su identidad nacional, y ha sabido aprovechar su vocación por el aprendizaje y su paciencia para enriquecer la sociedad multicultural alemana, afirmó Ludwig Graf Westarp, vicepresidente de la Asociación Vietnam-Alemania y profesor de la Universidad Tecnológica de Dortmund.
Para Thiele, la educación sigue siendo el pilar más sostenible de la cooperación bilateral, y la VGU constituye un proyecto emblemático que simboliza la confianza mutua y el compromiso a largo plazo de ambos gobiernos con la formación de las futuras generaciones.
La publicación concluye con una visión compartida de una “Colaboración Verde”: Alemania necesita el dinamismo de Vietnam para cumplir sus compromisos climáticos, mientras que Vietnam requiere la tecnología verde alemana para acelerar su transición energética.