Mercados del Tet reflejan el alma de zonas rurales vietnamitas

Quizás no haya momento más hermoso y bullicioso que los mercados rurales vietnamitas en vísperas del Tet (Año Nuevo Lunar). Dejando atrás toda la agitación de la urbanización, los mercados del Tet despiertan muchos valores culturales tradicionales típicos de cada localidad y región.
El mercado del Tet es también una oportunidad para recordar a las generaciones jóvenes acerca de las tradiciones culturales. (Fotografía: hanoimoi.vn)
El mercado del Tet es también una oportunidad para recordar a las generaciones jóvenes acerca de las tradiciones culturales. (Fotografía: hanoimoi.vn)

Cada vez que llega el Tet, todo el mundo se muestra ansioso por regresar a su hogar, su tierra natal. En particular, a las personas les gustan ir a los mercados del Tet como cuando eran niños e iban con sus madres a comprar ropa nueva para la ocasión. Los mercados del Tet se comparan con una película en cámara lenta que conserva, en parte, el alma de las zonas rurales vietnamitas, donde florecen muchas emociones escondidas en cada visitante. Devienen también un espacio vívido que proyecta la vida de cada familia, comunidad y pueblo de una gran región.

En el espacio de los mercados del Tet, las personas se sumergen en la atmósfera bulliciosa e imbuida de los colores y sabores primaverales. Por ello, muchas veces no se trata de ir al mercado simplemente, si no de una pequeña experiencia para disfrutar del ambiente festivo de los días previos al Tet en la ruralidad.

A diferencia de las ferias normales, debido a la gran demanda de compras en la ocasión, los mercados del Tet en las zonas rurales vietnamitas suelen durar mucho tiempo, desde el 23 al 30 del último mes lunar. Durante este tiempo, los adultos se enfrascan en limpiar los altares, decorar las casas y comprar adornos, comida y frutas para el Tet. En cuanto a los niños, su mayor alegría en estos días resulta seguir a sus padres al mercado para comprar ropa, frutas y dulces.

Foto de ilustración. (Fotografía: laodong.vn)
Foto de ilustración. (Fotografía: laodong.vn)

Los mercados de Tet venden todo tipo de bienes de primera y segunda necesidad. Muchos productos agrícolas son traídos directamente de las huertas, lo que enriquece aún más las mercancías. Los campesinos llevan pares de cestas de bambú, a veces con sólo algunos colinabos, manojos de hierbas aromáticas, plátanos verdes, nueces de areca o pomelos frescos y deliciosos, pero a un precio más razonable que las zonas urbanas.

Lo que contribuye a la atmósfera del Tet en los mercados son los puestos de flores, las hileras de pomelos o las cestas de betel de los vendedores mayores.

Los mercados del Tet no son sólo un lugar para comprar y vender productos agrícolas, sino también para intercambiar cuentos comerciales en el año. Por esa razón, esas ferias se han convertido en un hilo invisible que ayuda a conectar a los lugareños.

Aunque la vida registra muchos cambios, los mercados del Tet siguen trayendo muchas emociones y profundos valores culturales y espirituales a los visitantes cuando llega la primavera.

VNA