Imperecedera gloria de los centinelas del mar

Hace 34 años, el 14 de marzo de 1988, en la lucha por defender la soberanía nacional sobre los arrecifes de Gac Ma, Co Lin y Len Dao, pertenecientes al archipiélago vietnamita de Truong Sa (Spratly), 64 soldados navales de este país cumplieron su misión al costo de sus propias vidas, demostrando ser indoblegables en la salvaguarda de la soberanía de la Patria sobre el mar y las islas.

Memorial dedicado a los combatientes caídos en defensa de la isla de Gac Ma, en la Zona Conmemorativa en la comuna de Cam Hai Dong, distrito de Cam Lam, provincia de Khanh Hoa. (Fotografía: Nhan Dan)
Memorial dedicado a los combatientes caídos en defensa de la isla de Gac Ma, en la Zona Conmemorativa en la comuna de Cam Hai Dong, distrito de Cam Lam, provincia de Khanh Hoa. (Fotografía: Nhan Dan)

Integraban la fuerza vietnamita involucrada en aquel incidente oficiales y soldados navales que servían en embarcaciones de transporte e ingenieros militares en construcciones isleñas, con solo azadones, palas, barretas y fusiles de infantería. Ingeniosos, creativos y valientes, limitaron al mínimo el uso de fuerza, cumplieron estrictamente la política trazada por los altos niveles y manejaron con calma y sabiduría las situaciones por el bien de la soberanía del país sobre el mar y las islas.

Sin embargo, los agresores, insolentes y con menosprecio de la justicia y la razón, lanzaron un ataque en el cual hundieron y quemaron tres buques de transporte e invadieron algunos arrecifes de Vietnam. Un total de 64 oficiales y soldados de la Armada Popular del país descansaron eternamente en alta mar.

Los que sobrevivieron, o se quedaron para seguir su servicio en el Ejército, o regresaron a construir la Patria en la vida cotidiana. Un sentimiento común entre los autores de este artículo fue el orgullo al ver a esos veteranos como abanderados de las nobles virtudes del ‘Soldado del Tío Ho - Combatiente de la Armada’, que no teme a los sacrificios, ni a las adversidades, ni siquiera a derramar su sangre en defender cada palmo del territorio y el océano de la Patria.

A las 16 horas del 13 de marzo de 1988, los buques HQ 604 y HQ 505 de Vietnam arribaron a sus posiciones en los arrecifes de Co Lin y Gac Ma, soltando amarras con seguridad. En la madrugada del día 14, oficiales y soldados del Regimiento de Ingenieros 83 (actual Brigada de Ingenieros 83) a bordo del HQ 604 descargaron en Gac Ma materiales de construcción para levantar obras de vigilancia. Enseguida, tres navíos de guerra de China se acercaron, enfilaron sus cañones sobre el HQ 604 como amenaza y exigieron por altavoz abandonar el área.

A las 6 horas del 14 de marzo, la parte opositora mandó tres canoas de aluminio ocupadas por 40 soldados plenamente armados a Gac Ma, donde estaban estacionadas las tropas vietnamitas.

Tran Van Phuong, subcomandante en la isla, de la Brigada 46, Región 4 de la Armada del país indochino, pidió a los soldados e ingenieros luchar sin tregua en defensa de la bandera nacional izada en el arrecife, símbolo de la soberanía vietnamita. Sin pensarlo dos veces, el ingeniero Nguyen Van Lanh se apresuró a sostener la bandera y sus compañeros formaron un círculo alrededor de él, decididos a proteger la isla hasta el último aliento. Aunque apuñalado en el hombro y colapsado, las manos del joven agarraron con fuerza el asta, para que la bandera de la Patria continuara en lo alto.

Incapaces de forzar a los efectivos vietnamitas a retirarse, los enemigos dispararon cañones directamente al HQ 604 y los constructores en la isla. Con graves daños el buque no pudo desanclar y subir a la costa, mientras algunos oficiales y soldados perdieron la vida o quedaron heridos. Pese al aluvión fuego de artillería desatado por el enemigo, el capitán Vu Phi Tru mantuvo la calma, consoló a los tripulantes y les ordenó luchar, tratar a los heridos y reparar la embarcación. Pero el HQ 604 se quemó y hundió, llevándose la vida de Phi Tru y varios combatientes a bordo.

El HQ 505, al mando del capitán-mayor Vu Huy Le, estaba en medio de su misión de colocar dos banderas nacionales en el arrecife de Co Lin. Al enterarse del asalto en Gac Ma, Le ordenó desanclar el buque. En cuanto dos navíos chinos dispararon sus cañones, pidió apuntar la proa de su nave a Co Lin y precipitarla a toda velocidad a la orilla. El HQ 505 se convirtió en un hito sólido de la soberanía vietnamita sobre este arrecife.

“Deseamos que las generaciones posteriores nunca olviden el 14 de marzo de 1988, ni a quienes cayeron por su terruño, ni a Gac Ma, una parte de carne y hueso de la Patria”, recalcó el coronel-veterano Vu Huy Le.

El coronel jubilado Tong Xuan Quan, ex comisario político de la Brigada 162 de la Región marina 4, participó en la escaramuza en la isla de Len Dao en 1988. Quan, entonces con rango de teniente, fue movilizado desde la Brigada 125 como refuerzo al navío HQ 605, activo en las áreas de Truong Sa.

Según narró, tras finalizar sus tareas en esas aguas, el HQ 605 fue asignado a Len Dao para asumir la guardia. A primeras horas del 14 de marzo, los soldados completaron el abanderamiento de la isla. A las 8 del mismo día, buques de guerra del enemigo se agolparon desde la dirección de Gac Ma, cañonearon la cabina y dispararon al costado del buque vietnamita.

Los intentos de apagar el fuego en el HQ 605 fueron infructuosos. El capitán mandó a los tripulantes desembarcar y nadar a Len Dao para vendar a los soldados heridos, continuar defendiendo el arrecife y luego transportar a los lesionados a la cercana isla de Sinh Ton.

La resistencia de los oficiales y combatientes de la Armada Popular de Vietnam - los soldados navales en el grupo de islas de Gac Ma, Co Lin y Len Dao, deja en la historia nacional una impronta jamás desvanecida en el corazón de cada vietnamita. Los 64 mártires en defensa de la soberanía sagrada de la Patria son ejemplos resplandecientes del heroísmo revolucionario y enriquecen las gloriosas tradiciones de la nación.

La imagen del héroe Tran Van Phuong, subcomandante de Gac Ma, envolviendo su cuerpo con una bandera nacional antes de fallecer y animando a sus compañeros a “No dar ni un paso atrás. Debemos dejar que nuestra sangre pinte la bandera nacional y la gloriosa tradición de las Fuerzas Armadas”, inspira a los jóvenes de hoy a persistir en la defensa de la soberanía nacional sobre el mar y las islas.

Los militares Vu Anh Tuan, de la Dirección de Política de la Armada Popular, hijo de Vu Huy Le; Nguyen Tien Xuan, de la Brigada 955, hijo del mártir Nguyen Mau Phong, oficial en Gac Ma, o Tran Thi Thuy, de la Brigada 146, hija del mismo Tran Van Phuong, constituyen otras pruebas brillantes del heroísmo revolucionario y su traspaso de generación en generación.

Visitantes en la Zona Conmemorativa dedicada a los combatientes de Gac Ma.

Siguiendo los pasos de los antecesores, los oficiales y soldados de la Armada Popular de Vietnam, sin importar dónde se acantonan, promueven sus tradiciones, se esfuerzan por entrenarse y armarse de un alto espíritu de combate, coordinan estrechamente con las fuerzas competentes en la realización de tareas, se mantienen en guardia y están dispuestos a asumir y cumplir satisfactoriamente la salvaguardia de la soberanía sagrada sobre el mar, las islas y la plataforma territorial de la Patria.

Las islas de Hoang Sa (Paracel) y Truong Sa son una parte sagrada e inseparable de la Patria vietnamita. Cada arrecife de coral, cada grano de arena, cada rama de árboles o hierba allí se abona del alma nacional, el sudor y la sangre derramada por generaciones de compatriotas.

Por años, en cada buque que visita las islas de Truong Sa o navega por esta zona marítima, se efectúan actos de homenaje a quienes cayeron allí. Al participar en una ceremonia, los autores de este artículo sintieron que pese al océano vasto e infinito la atmósfera se tornó templada, como si fuera por la presencia de los respetables guardianes del mar.

Ellos siempre velan por la Patria desde la cresta del viento y las olas. Y el ejército y el pueblo de todo el país se dirigen a Truong Sa y unen manos por desarrollarlo para que el archipiélago goce de una fuerte capacidad de defensa, un civilizado estilo de vida, bonitos paisajes y una unidad ejemplar entre los soldados y los civiles.