Alrededor de 200 soldados de las guardias costeras de ambos países participaron en la maniobra.
Tres barcos patrulleros de Filipinas y uno de Japón también asistieron a los ejercicios, que incluyeron simulacros de extinción de incendios y fumigación con agua.
En marzo pasado, Filipinas recibió tres aviones de vigilancia TC90 de segunda mano del Ministerio de Defensa japonés en un esfuerzo por fortalecer la capacidad de la fuerza naval y estar preparado para responder a los crecientes desafíos y amenazas marítimas.
El secretario de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, destacó que su país enfrenta muchos desafíos relacionados con la seguridad marítima, como la piratería, los insurgentes armados en el mar de Sulu y otros delitos transnacionales, incluido el tráfico de drogas y la caza furtiva en ricos caladeros en las aguas territoriales de Filipinas.
Por lo tanto, los aviones definitivamente aumentarán la capacidad de la marina para recopilar información de inteligencia, agregó.