Jake es profesor de inglés en Vietnam, al que tiene como su segundo terruño. Compartió que los encuentros con niños locales durante sus viajes lo motivaron a él y a su amigo Sean a hacer la excursión.
La adversidad de la vida no puede privar a estos pequeños de la bondad y la felicidad. “Los retos a los que se enfrentan van más allá de lo imaginable y nuestro trabajo es marcar la diferencia. Con esta marcha esperamos recaudar no sólo fondos, sino también concienciar a la opinión pública de los problemas a los que se enfrentan estos niños a diario”, afirmó.
Al relatar esa experiencia única, Jake dijo que en los últimos tres meses encararon obstáculos como la escasez de comida, las lluvias torrenciales, el frío e incluso la escalada de las temperaturas. Para evitar repetir cada día la caminata de 35 kilómetros bajo un calor de 40 grados Celsius, el dúo sale ahora antes de las cuatro de la mañana.
Sin embargo, los dos jóvenes han hecho nuevos amigos que los ayudaron con tiempo, dinero y cobijo. “Todos los días conocimos a alguien dispuesto a detenerse en el camino y ofrecernos comida y bebida. Recordaremos siempre su generosidad”, expresó Jake.
La iniciativa, denominada “Caminata benéfica en Vietnam: Caminata por los cambios”, ha acaparado el interés de empresas y comunidades de todo el mundo. Hasta la fecha, ha recaudado más de 35 mil dólares.