70 años después, reporteros de la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) en Francia tuvieron la oportunidad de conocer a la mujer que dejó su huella en toda una generación de franceses a través de su acción humanitaria.
Geneviève de Galard y su marido Jean de Heaulme residen en el Centro de Atención de la ciudad de Toulouse, en el sur de Francia.
Jean de Heaulme contó los momentos memorables de su esposa: cuando atendió a los soldados heridos en el frente; el día que fue liberada; su primer encuentro en Hanói; cuando regresó a Francia en la alegría de sus amigos y familiares; los momentos de felicidad de la pareja, el día de su boda y la alegría de recibir a su primer hijo, entre otros. Con todo su amor y orgullo, habló apasionadamente de su esposa.
En marzo de 1953, Geneviève de Galard tenía 28 años y se incorporó al ejército del aire. A partir de enero de 1954 inició sus misiones en Dien Bien Phu.
Durante los 56 días y noches de combates, participó en varios vuelos de rescate para sacar a los soldados heridos del campo de batalla. El 28 de marzo, el avión Dakota que la llevaba a Dien Bien Phu para recoger a los soldados heridos y enfermos no pudo despegar de nuevo y fue destruido por los proyectiles, dejándola varada en Dien Bien Phu. En aquel momento, Geneviève de Galard era la única mujer en la cuenca de Dien Bien Phu, porque las demás enfermeras fueron evacuadas al comienzo de la guerra.
Geneviève de Galard y dos cirujanos trataron a soldados franceses heridos y enfermos durante más de un mes bajo tierra. Al final de la campaña, después de 17 días de estar encarcelada con otros soldados franceses, el 24 de mayo de 1954, Geneviève de Galard obtuvo la liberación del Presidente Ho Chi Minh y regresó a Francia a finales de 1954.
Después, se casó con el coronel Jean Heaulme en 1956 y tuvo tres hijos.
A la edad de 80 años, Geneviève de Galard presentó su autobiografía "Una mujer en Dien Bien Phu", publicada por la Editorial de Les Arènes, relatando su vida y su destino particular durante esta campaña histórica.
Esta memoria fue calificada por la prensa francesa como “meticulosa en cada detalle y rica en humanidad”, ayudando al público a “comprender mejor una página trágica de la historia francesa”.