Chu Dang Ya es comparado como un regalo que la Madre Naturaleza otorga a la grandiosa Altiplanicie Central, junto al lago T’Nung, la cascada de Phu Cuong, la pagoda de Minh Thanh y la central hidroeléctrica de Yaly.
Yace a 30 kilómetros al noreste del centro de la cabecera provincial, Pleiku, cerca de una aldea del distrito de Chu Pah.
Cada noviembre los girasoles silvestres “prenden la llama” en las laderas de colina y grietas de arroyo, disipando la sombría atmósfera y el viento helado en la entonces cosecha de café. |
Para los lugareños, el girasol silvestre es la señal del invierno. |
La entrada a Chu Dang Ya, con dos hileras de esa flor en plena apertura. |
Como de costumbre, este mes el Comité Popular de Chu Pah celebrará un festival de girasoles silvestres en Chu Dang Ya.
Los visitantes a la provincia y especialmente ese recinto podrán contemplar una infinita alfombra floral dorada y explorar la identidad cultural autóctona en diversas actividades. Tal y como dicen, un volcán “muerto” ha dado vida a la belleza y la marca turística locales.
A vista de pájaro, el volcán parece un embudo gigante chapado de color dorado de los girasoles silvestres. La floración de esta especie suele durar un mes y culmina a mediados de noviembre. |
Además de quienes disfrutan de su belleza a simple vista, Chu Dang Ya es un destino atractivo para los aficionados a hacerse fotos. |
Los girasoles crecen naturalmente en todas las sendas. |
Los turistas deseosos de contemplar un volcán en plena belleza deben subir al borde de su cráter, tras un ascenso que puede tomar 20 minutos. Desde allí también disfrutan de una vista panorámica de las tierras altas de Gia Lai.
Escondido en las capas de nubes, Chu Dang Ya se torna aún más magnífico y misterioso. |