Ese resultado positivo se debe a que el derecho a la libertad de credo y religión en el país indochino se garantiza y reconoce cada vez mejor, como reconoce ampliamente la comunidad internacional.
El Estado vietnamita reconoce 16 religiones en el país, las cuales incluyen el budismo, el catolicismo, el protestantismo, Cao Dai, el budismo Hoa Hao, el Islam, el bahaísmo, la Asociación Budista de la Tierra Pura, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Tu An Hieu Nghia (la Piedad filial), Minh Su Dao, Minh Ly Dao - Tam Tong Mieu, el brahmanismo, Mac mon, el budismo Hieu Nghia Ta Lon y Buu Son Ky Huong.
El país cuenta actualmente con 43 organizaciones religiosas reconocidas con más de 26 millones 500 mil seguidores, que representan un 28 por ciento de la población del país, y decenas de miles de establecimientos de ritos y cultos.
No solo es un país multirreligioso, Vietnam también constituye una nación multiétnica con 54 nacionalidades que conviven juntas, y las minorías étnicas forman una parte inseparable de la comunidad.
Con una visión coherente, todas las políticas y los lineamientos del Partido y el Estado apuntan a servir a toda la población sin distinción, por lo que el derecho a la libertad de credo y religión de las minorías étnicas es reconocido y garantizado por el Partido y el Estado como el de otros grupos étnicos.
Por tal motivo, las actividades religiosas tienen lugar de manera vibrante en todo el país, estimulando la vida espiritual del pueblo vietnamita.
Se estima que el 95 por ciento de los vietnamitas tiene actualmente alguna creencia religiosa, de las cuales más de 25 millones de personas siguen diferentes religiones, lo que representa aproximadamente un 27 por ciento de la población.
Más de siete millones de personas siguen el catolicismo, mientras más de un millón profesan el protestantismo.
Las organizaciones religiosas pueden abrir escuelas y clases de formación para las personas especializadas que operan en este campo.
En la actualidad, el país indochino cuenta con 63 instituciones de formación religiosa sobre el budismo, el catolicismo, el protestantismo, el budismo Cao Dai y Hoa Hao, con cerca de 20 mil estudiantes que se inscriben en cursos cada año.
El año pasado, se construyeron casi 230 nuevas instalaciones de culto, además de remodelar otros 308 sitios.
En la etapa 2017-2020, la Iglesia Evangélica de la Unión Misionera de Vietnam, la Iglesia del Evangelio Completo de Vietnam y la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días recibieron certificados de registro para sus actividades religiosas. Además, la Iglesia del Evangelio Pentecostal de Vietnam también fue reconocida como entidad jurídica religiosa.
Después de la implementación de la Ley de Creencias y Religiones, las actividades de relaciones exteriores de esas organizaciones se han llevado a cabo de manera dinámica.
Vietnam acogió y organizó con éxito grandes eventos religiosos internacionales como el Día de Vesak de las Naciones Unidas de 2019.
Por otro lado, representantes de diversas organizaciones religiosas de Vietnam viajan al extranjero para asistir a cursos de formación, conferencias y seminarios.
Entretanto, también se facilitan las actividades religiosas de las organizaciones e individuos extranjeros en Vietnam, incluido el registro de actividades religiosas concentradas y la invitación a dignatarios extranjeros o vietnamitas a participar en los cursos de enseñanza religiosa.
Las nuevas regulaciones en la Ley de Creencias y Religiones de Vietnam han simplificado los procedimientos administrativos, con el fin de crear condiciones favorables para las organizaciones e individuos que operan en este campo.
En concreto, se redujo el tiempo para el reconocimiento de organizaciones religiosas de 23 a cinco años.
Se trata de la afirmación más fuerte de Vietnam en la protección de los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de credo y religión. Esos derechos, establecidos en la Constitución de 2013, la Ley de Creencias y Religiones de 2016 y el Decreto del Gobierno número 162, han creado un marco legal sólido para garantizar mejor la libertad religiosa de la población.