Actualmente, el trabajo infantil es un problema a nivel global. Según cifras de la OIT, en 2020 había unos 160 millones de niños involucrados en el trabajo infantil y 79 millones en trabajos peligrosos. En particular, en medio de los impactos de la pandemia, el número de menores que trabajan en todo el mundo aumentará 8,9 millones más para 2022.
En Vietnam, de acuerdo con los resultados de la encuesta nacional sobre el trabajo infantil en 2018, el número de niños de 5 a 7 años involucrados en este asunto era de un millón, representando el 5,4 por ciento de los pequeños de esta franja de edad en el país, un 9,6 por ciento y un 10,6 por ciento más bajo que otras naciones de la región de Asia y el Pacífico y a nivel mundial, respectivamente.
Al intervenir en el evento, la viceministra de Trabajo, Inválidos de Guerra y Asuntos Sociales Nguyen Thi Ha exhortó a los sectores, entidades y localidades a elaborar planes y proponer soluciones prácticas para prevenir y reducir el trabajo infantil.
Por su parte, la experta de la OIT Bharati Pflug destacó los efectos nocivos y las consecuencias del trabajo infantil. Al mismo tiempo, reveló que este problema no solo pone en riesgo la reputación de Vietnam como socio comercial internacional y socava la capacidad de la futura fuerza laboral del país, sino que también erosiona los derechos de los niños y aumenta la pobreza cíclica.
Según la representante adjunta de Unicef en Vietnam, Lesley Miller, el trabajo infantil se puede prevenir mediante enfoques integrados que aborden simultáneamente la pobreza y la desigualdad, así como mejoren el acceso a los servicios de protección social y la educación.
En la ocasión, los delegados debatieron sobre los desafíos relacionados con el Covid-19 que aumentarán el riesgo de trabajo infantil, la crisis económica, la inseguridad alimentaria y las barreras a la educación.