La belleza espléndida y romántica del lugar perdura en todas las estaciones del año y resalta en las interminables lomas cubiertas de plantas de té, típicas de la zona montañosa en la provincia septentrional de Son La.
El alba en las colinas de té de Moc Chau. El sol ilumina un inmenso y magnífico conjunto paisajístico.
El rocío matinal embellece las colinas de té, convirtiéndolas en una pintura de irresistible belleza.
Desde finales de la primavera, las plantas de té comienzan a brotar, dando señales de una nueva cosecha después de los fríos días del invierno.
El verdor de la inmensa meseta resalta la vitalidad de la primavera.
El color verde intenso de las plantas trae a los visitantes la frescura y pureza de una tierra bendecida por un clima agradable y la laboriosidad de los agricultores locales.
Cae la noche en el prado inmenso.
El crepúsculo es siempre un momento maravilloso que despierta muchos sentimientos entre los turistas. Se trata de un momento ideal para capturar las mejores instantáneas del lugar.
Tomar fotos corriendo por las filas de plantas de té es una experiencia estupenda.
Los visitantes pueden alquilar las vestimentas y los accesorios típicos de la etnia Mong para tomarse fotos. La diversa gama de colores de estos objetos contrasta con el verdor de las colinas de té.