En la cita, efectuada la víspera, el embajador de Vietnam en Francia, Dinh Toan Thang, valoró altamente la atención que las autoridades locales han prestado a la comunidad de connacionales en los últimos tiempos.
El diplomático enfatizó que a pesar de los altibajos en la historia, su nación y el país europeo continúan construyendo nuevas páginas de cooperación y fortaleciendo la amistad entre los dos pueblos.
Toan Thang señaló que este es también el espíritu que los altos líderes de los dos países enfatizaron cuando acordaron elevar los lazos entre Vietnam y Francia a una asociación estratégica integral, con motivo de la visita oficial al país europeo del secretario general del Partido Comunista y presidente de la nación sudesteasiática, To Lam.
En nombre del gobierno local, la jefa adjunta de Arles, Cecilia Lenglet, destacó las contribuciones de los soldados y trabajadores vietnamitas en su localidad, y afirmó que la cooperación actual entre Francia y Vietnam se ha vuelto más dinámica en varios ámbitos, en parte gracias a los trabajadores de este país indochino quienes trajeron su "civilización del arroz" a Camarga, creando famosas especialidades locales.
De 1939 a 1940, unos 20 mil trabajadores de Indochina, en su mayoría vietnamitas, fueron trasladados de forma obligatoria a Francia por el gobierno colonial para trabajar en lugar de los jóvenes enrolados en el ejército en la Segunda Guerra Mundial.
Estas personas fueron agrupadas para laborar en las fábricas de producción de armas en Marsella, sobre todo pólvora. De agricultores, llegaron a ser obreros en talleres militares.
A principios de la década de 1950, además de los fallecidos y los trabajadores que habían regresado a su tierra natal, entre dos y tres mil vietnamitas aceptaron quedarse en Francia.
Una parte de ellos desarrolló la agricultura arrocera en las zonas adyacentes de la región Camarga convirtiéndola en un conocido granero de Francia.
No obstante, sus faenas y sacrificios sólo fueron reconocidos por el gobierno galo después de que el periodista local Pierre Daum publicó numerosos artículos junto con exposiciones, películas relacionados con ese tema, especialmente el libro “Inmigrantes por fuerza, los trabajadores indochinos en Francia (1939 – 1952)”.
En 2009, el gobierno de Arles otorgó medallas a los trabajadores supervivientes, en honor a su contribución al desarrollo de Francia después de la Segunda Guerra Mundial, poniendo fin a 70 años de abandono histórico de estos inmigrantes.
Cinco años después, se inauguró el Memorial de los Trabajadores de Indochina en Salin-de-Giraud, gracias a la promoción y las donaciones de la Asociación Memorial de los Trabajadores de Indochina.