Un liderazgo y gestión cultos han hecho enormes aportes a la construcción y rectificación de un Partido y un sistema político transparentes y firmes, ha despertado la aspiración a desarrollar el país y ha promovido la voluntad y la gran unidad nacional combinándolas con la fuerza de la época, dando como fruto las victorias de la renovación nacional en los últimos más de 35 años.
Una tarea primordial
El XIII Congreso Nacional del PCV confirmó “la concepción y el cumplimiento de los estándares culturales en la labor de dirigencia y gestión” como una tarea primordial para poner en prácticas los valores culturales y la fuerza del ser vietnamita y edificar el Partido y el sistema político en la actual coyuntura.
Tal faena se entiende por establecer y concretar criterios en la estructuración de una entidad y la dirigencia para conseguir las metas trazadas. Si la cultura es representada por los conceptos de verdad, bondad y belleza, hay que inculcarlos en el pensamiento, la actitud y el comportamiento de cada gestor, así como en todas las actividades del Partido, el Estado, el Frente de la Patria y las organizaciones sociopolíticas.
Fomentar un liderazgo y una gestión cultos ayuda a nutrir y promover los buenos valores y eliminar impurezas como la negatividad, el rutinarismo y el arcaísmo hacia un Partido ético y civilizado y un Estado del pueblo, por y para el pueblo. Es útil también para consolidar la fe en el liderazgo del Partido y la administración del Estado.
Una dirigencia y gestión cultos difundirán sus valores entre la organización y así contribuirá a construir una cultura vietnamita avanzada y rica en identidad.
A tenor de los documentos del XIII Congreso Nacional del PCV, el secretario general de esta formación política, Nguyen Phu Trong, resaltó en la Conferencia Nacional de Cultura efectuada el 24 de noviembre de 2021: “Debemos centrarnos en construir el Partido y el sistema político en términos de cultura y moralidad, y luchar resueltamente contra la corrupción y la negatividad, para que nuestro Partido y sistema político sean verdaderamente éticos, civilizados y representativos de la conciencia y la dignidad del pueblo vietnamita. Debemos conformar un liderazgo y una gestión cultos, y promover el papel de dar ejemplo para los cuadros y militantes, especialmente aquellos a nivel estratégico o que ostenten cargos directivos, observando la ideología, la moral y el estilo cultural del Presidente Ho Chi Minh”.
Debemos centrarnos en construir el Partido y el sistema político en términos de cultura y moralidad, y luchar resueltamente contra la corrupción y la negatividad, para que nuestro Partido y sistema político sean verdaderamente éticos, civilizados y representativos de la conciencia y la dignidad del pueblo vietnamita.
- Nguyen Phu Trong, secretario general del PCV-
Las esencias de la nación, la democracia, el humanismo y la ciencia están imbuidas en las plataformas y pautas del Partido gobernante. La capacitación en ética y estilo de vida de los cuadros, militantes y empleados públicos va de la mano con el impulso del aprendizaje y el seguimiento del pensamiento, la moral y el estilo del Presidente Ho Chi Minh, así como de un despliegue estricto de las resoluciones, reglas y directrices del Partido sobre construcción y rectificación de sus filas y la promoción del papel de ser ejemplo, en particular de los jefes.
Las instituciones centrales han promulgado documentos con la esperanza de concretar su lineamiento de fortalecer la labor directiva, para que sea culta. El Gobierno ha sido más activo en convertirse en un factor facilitador, íntegro y de acción por el pueblo.
Esto se expresa a través de la atención prestada a la planificación de personal, el comportamiento en la oficina, la simplificación de los procedimientos administrativos y la aplicación de códigos de conducta para los funcionarios.
Cambios positivos se han contemplado en la lucha contra la degradación de la ideología política y moral, los fenómenos de “autotransformación” y “autoevolución”, la negatividad, la corrupción, el despilfarro y la burocracia. La firmeza política, las cualidades morales, las calificaciones profesionales y el sentido de responsabilidad de los cuadros y militantes en el servicio al pueblo van mejorando. Los estándares culturales en liderazgo y gestión toman forma gradualmente.
Al lado de los resultados alcanzados, existen deficiencias en el camino de realizar la tarea en cuestión. Pueden mencionarse la subestimación del rol de la cultura en la capacitación de la mano de obra, la inefectividad en la lucha contra la corrupción y la negatividad, y la carencia de uniformidad en las percepciones sobre el sistema de valores nacionales, el de valores culturales y los estándares del ser vietnamita, particularmente los referentes a liderazgo y gestión.
Una tarea de importancia y también a largo plazo
Los requisitos de construcción y desarrollo nacional se plantean en una nueva etapa revolucionaria marcada por hitos de gran significación histórica.
Allí todo el país se enfoca en poner en marcha la Resolución del XIII Congreso Nacional del PCV con lineamientos vanguardistas, con miras a avanzar rápido y de manera sostenible pese a las incertidumbres en la coyuntura internacional.
Ante esa situación, que implica oportunidades, pero también cuantiosos retos, la cuestión de fomentar la dirigencia y la gestión cultas se vuelve aún más urgente. En aras de incrementar la eficacia de este trabajo, hace falta abordar las siguientes facetas.
Primero, hay que sensibilizar a los cuadros y militantes, así como a toda la sociedad acerca de dicha labor, un enfoque estratégico y sostenible a los objetivos fijados, que afina la personalidad y las habilidades profesionales de la plantilla directiva, promueve la ejemplaridad, en especial de los jefes, y crea un ambiente laboral sano.
También debe renovarse la divulgación y difundirse ampliamente las personas y maneras destacadas en la formación de liderazgo y gestión cultos.
Fomentar el liderazgo y la gestión cultos es un enfoque estratégico y sostenible a los objetivos fijados. Debe renovarse la divulgación y difundirse ampliamente las personas y maneras destacadas en esta labor.
En segundo lugar, los programas de capacitación, especialmente para los puestos claves o de nivel estratégico, deben abarcar temáticas o al menos contenidos que tienen que ver con el citado asunto. Además del conocimiento, cada persona debe equiparse de métodos para ponerlo en prácticas.
En tercer lugar, es necesario estipular mecanismos para integrar los valores culturales en las actividades gerenciales, es decir, añadir normas culturales a los reglamentos del Partido y el Gobierno sobre evaluación de empleados públicos. Incluirlas en los criterios de calificación y nombramiento de cargos generará un fuerte impulso a la autocapacitación en el aspecto.
En cuarto lugar, hace falta construir un entorno civilizado y una apropiada conducta dentro de la organización. Se trata de una premisa y también un resultado de la labor en cuestión. Un ambiente sano de trabajo animará la creatividad y el dinamismo de sus miembros, mientras los dirigentes que respetan los estándares culturales se ocuparán de crear un entorno así.
Fomentar el liderazgo y la gestión cultos es una tarea de urgencia, pero también a largo plazo. Constituye igualmente una manera de impedir la degradación de la ideología, la moral y el estilo de vida.
Al ejecutarla, debe prestarse atención a las relaciones entre la cultura y la política, el individuo y la organización, el conocimiento y las habilidades, así como entre la ética y el derecho. Con ello se podrá sacar buen provecho del poder blando de la cultura en la política y, a mayor escala, el desarrollo rápido y sostenible de Vietnam.