Que sale de la leyenda
Los ancianos en Chau Doc no recuerdan específicamente cuándo, pero en aquel tiempo, la zona aún se cubría de bosques salvajes. La montaña de Sam todavía era hogar de bestias y exuberantes follajes. De repente, en su cima los lugareños descubrieron asentada una grande estatua de piedra.
Durante los años de 1820 a 1825, los invasores de Siam (Tailandia) frecuentemente perturbaron al entonces Vietnam, incluso una vez rastrearon a la gente local hasta esa cima e intentaron bajar la montaña llevándose la estatua. No obstante, la talla se volvió sobrepesada e imposible de levantar. Uno de los agresores, en su enfado, rompió un brazo de la obra y enseguida recibió un castigo. Luego del incidente, apareció en el sueño de muchos habitantes una persona que se llamaba a sí misma la Santa Madre de la tierra montañosa de Sam y les aconsejó edificar un templo en oración de una vida de paz, salud vigorosa, buen clima y abundante cosecha.
A comienzos del siglo XVIII, el general y marqués Thoai Ngoc llegó con la misión de defender el suroeste del país con una tarea adicional de excavar el canal de Vinh Te, que mediría 100 kilometros de longitud, 50 metros de anchura y se extendería desde Chau Doc hasta la ciudad de Ha Tien, en la provincia vecina de Kien Giang. Serviría para la descarga de fondo en el cuadrilátero de Long Xuyen y recortaría la vía de comercio fluvial en la parte occidental del área, además de ser una artería militar estratégica. Sin embargo, durante su proceso de construcción, numerosas personas perdieron la vida a causa de accidentes, enfermedades o ataques de bestias.
Ante esa circunstancia, la esposa del marqués Thoai Ngoc siguió el consejo de los lugareños que hiciera una ofrenda a la estatua de la Santa Madre y pidiera su amparo tanto para la construcción del canal como para la lucha contra los invasores. Al hacerse realidad el rezo, ordenó el traslado de esa escultura al pie de la montaña a favor del trabajo de veneración, pero incluso los jóvenes robustos no pudieron moverla.
“Un día, la diosa informó por sueño a la gente local que era la Santa Madre de esta tierra y para levantar su estatua deberían ser nueve vírgenes. Con las muchachas encargadas de la tarea, la estatua se volvió liviana a lo largo del desplazamiento, antes de recuperar el peso en un sitio al pie del monte. Creyendo que la deidad lo eligió como lugar de asentamiento, la gente le edificó un templo allí”, narró Nguyen Minh Tam, vicejefe del Consejo de Administración del Templo de Ba Chua Xu.
Un destino del turismo espiritual
Desde una obra de sencilla arquitectura y material, tras varias veces de restauración, el actual Templo de Ba Chua Xu tiene forma de la letra 國 (nación), un conjunto de estupas que se parecen al floreciente loto, techo de tres capas y tejado azul. Su sala principal es espaciosa, por afuera los peregrinos pueden efectuar ritos y en la parte interior está colocada la estatua de Ba Chua Xu.
Este año, la Fiesta de Via Ba cumple su 19a celebración nacional, precisamente del 26 al 31 de mayo pasado (del 22 al 27 de abril lunar). Incluyó diversas actividades, por ejemplo, recreación de la procesión de dicha estatua desde el monte de Sam hasta su templo; programa artístico que destacaba las identidades culturales de cuatro etnias locales Kinh, Cham, Hoa y Jemer; juegos folclóricos como tira y afloja, ajedrez chino o 'day gay' (empujón de palo); entre otras. Con tantas atracciones, el evento se considera como un destino prometedor para los turistas y también lugareños.
De acuerdo con Nguyen Khanh Hiep, director del Servicio de Cultura, Deportes y Turismo de An Giang, la Fiesta de Via Ba en la montaña de Sam es una ocasión muy esperada por la gente en todo el país en general y esa provincia en particular, a la cual más de cinco millones de personas acuden anualmente. “Hemos creado un verdadero destino del turismo espiritual dejando huella a los viajeros de todas las partes, para que les sea una opción ideal de excursión y les haga sentir la tradición de cientos de años de la Fiesta”, enfatizó.
Al respecto, el secretario del Comité del Partido Comunista en Chau Doc, Lam Quang Thi, compartió varios esfuerzos por parte de los organizadores de elevar la calidad de actividades, convertir el evento en una atracción para los turistas nacionales e internacionales, y difundir la imagen de esa ciudad como una amigable y hospitalaria.
Nguyen Thanh Thuy, procedente de la ciudad de Can Tho, mostró su alegría de poder ser miembro de la mencionada procesión de estatua. Recibió la oportunidad tras nueve veces de asistir a la Fiesta, y solo mediante esa participación directa, llegó a sentir mejor que nunca el significado sagrado del acontecimiento y la fe en la Santa Madre, dijo.
Mientras, Pham Thu Hien, de Ciudad Ho Chi Minh, arribó a Chau Doc mucho antes del inicio de la Fiesta este año. “No solo yo, sino cientos de miles de personas de todas las provincias y ciudades afluyeron para allí con la esperanza de observar y asistir a los sacros rituales”, exteriorizó.