Este año la actividad se celebró el 18 de enero con una nutrida participación de vietnamitas que cursan estudios en universidades o institutos locales, otros coterráneos radicados en esa ciudad francesa y amigos internacionales.
Los participantes llegaron con tiempo de sobra para ayudar al comité organizador en la preparación de ingredientes y en la decoración de un espacio impregnado del espíritu del Tet. Para algunos, fue un festival comunitario al que solían acudir, mientras que otros asistieron por primera vez y aprendieron poco a poco a cortar y poner las hojas de dong (Stachyphrynium placentarium) en el molde, rellenarlas con los ingredientes en el debido orden, cerrarlas y atarlas para formar un pastel y someterlo a la cocción.
Niños vietnamitas de segunda generación en Lyon curiosos por esta costumbre del Tet. |
Como resultado hubo más de 50 “banh chung” (con forma cuadrada) y “banh tet” (con forma cilíndrica), elaborados con gozo y orgullo por los novatos. La preparación de manjares imprescindibles en el Tet es una experiencia única para los estudiantes foráneos y en especial los vietnamitas que solo hace poco se despidieron de su familia para emprender una nueva fase de educación en el país europeo.
La cocción de ambos pasteles requiere gran esmero, extrema meticulosidad y mucho tiempo. Mientras esperaban, los compatriotas disfrutaron de platos típicos de la zona, como arroz glutinoso al vapor, carne caramelizada y estofada.
El “banh chung” envuelto por amigos internacionales. |
A los amigos internacionales les fascinó sentarse alrededor de la hoguera en el leve frío del invierno europeo, alrededor de la hirviente olla de banh chung y escuchando hablar del pastel y el significado del Tet.
La actividad sirve de consuelo a los jóvenes que están lejos de casa durante estos días de reuniones familiares por el Tet. |
Según Dao Hoang Minh, presidente de la filial de la Asociación de Jóvenes y Estudiantes Vietnamitas en Lyon, esta actividad no solo sirvió para cohesionar la comunidad de origen y aliviar la nostalgia del estudiantado, sino que también permitió mostrar la belleza de la cultura vietnamita a los amigos extranjeros, como una manera de fomentar los intercambios culturales y el entendimiento mutuo.
La entusiasta participación de connacionales resulta una evidencia del valor de los programas organizados por la entidad.