Tras señalar que los vietnamitas que solían estudiar o viajar a Nueva Zelanda son contribuyentes cruciales a las relaciones bilaterales, dijo que su país presta gran atención a los estudiantes vietnamitas y espera más jóvenes del país indochino, con el fin de mejorar el entendimiento mutuo y la confianza para trabajar juntos hacia el futuro.
En 2025, los dos países celebrarán 50 años de relaciones diplomáticas y cinco años de su asociación estratégica, continuó Beresford, y enfatizó que este hito presagiará nuevas áreas de cooperación que coincidan con sus fortalezas y ventajas competitivas.
Tomó como ejemplo la tecnología agrícola y apuntó que Nueva Zelanda cuenta con tecnologías agrícolas líderes en el mundo, mientras que Vietnam ahora necesita dichas tecnologías, especialmente para el delta del Mekong, que está siendo amenazado por diferentes problemas ambientales.
Teniendo en cuenta esto, dijo, las futuras relaciones bilaterales deberían centrarse en las áreas en las que los dos países podrían complementarse entre sí.
También expresó su esperanza de que las conexiones se amplíen a nuevos ámbitos como la digitalización y la tecnología aeroespacial.
Al reiterar el objetivo comercial bilateral de tres mil millones de dólares, Beresford dijo que con ese fin, Nueva Zelanda prioriza el pleno cumplimiento de los compromisos comerciales en los cuales participan ambos países, incluida la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP).
Los países deberían maximizar estos acuerdos aprovechando las fortalezas de cada parte, añadió.
La embajadora prometió que durante su mandato aquí, hará esfuerzos para ayudar a las empresas de ambas naciones y dijo que cree que más firmas neozelandesas invertirán en Vietnam.
En cuanto a la cooperación agrícola bilateral, la diplomática sostuvo que ahora se abren nuevas oportunidades para la agricultura sostenible, ya que los consumidores en mercados particularmente exigentes como Europa y Estados Unidos requieren trazabilidad del origen para garantizar que los artículos que compran sean limpios y seguros. Nueva Zelanda ha desarrollado las tecnologías necesarias para cumplir con tales requisitos y esto es también lo que puede compartir con Vietnam.
En el marco de un proyecto valorado en más de 3,6 millones de dólares anunciado durante la visita del primer ministro Pham Minh Chinh en marzo de 2024, Nueva Zelanda cooperará con Vietnam para desarrollar el cultivo de maracuyá, dijo.
Este proyecto ayudará a las empresas vietnamitas a exportar más productos de maracuyá a Nueva Zelanda. Anteriormente, ambas partes cosecharon éxitos en una asociación similar para la fruta del dragón de Vietnam, según Beresford.