Discurso del máximo dirigente de Vietnam en el acto conmemorativo del 90 aniversario de la fundación del Partido Comunista de Vietnam

Discurso pronunciado por el Cro. Nguyen Phu Trong, secretario general del Partido Comunista de Vietnam, presidente de la República Socialista de Vietnam, en el acto conmemorativo del 90 aniversario de la fundación del Partido Comunista de Vietnam el 3 de febrero de 2020 en Hanói.

Distinguidos invitados y delegados,

Camaradas y compatriotas,

En el ambiente en que todo el país se celebran jubilosamente los logros trascendentales alcanzados en el 2019 y se recibe el Año Nuevo Lunar de la Rata Metal 2020, hoy, nos reunimos aquí en Hanói, la capital “de la cultura milenaria y heroica”, ciudad por la paz, para celebrar solemnemente el 90 Aniversario de la fundación del glorioso Partido Comunista de Vietnam (3/2/1930 – 3/2/2020).

En nombre del Comité Central del Partido, quisiera extender mi más cordial bienvenida, mis mejores deseos, mis sinceros afectos y felicitaciones a los líderes y exlíderes del Partido, del Estado, del Frente de la Patria de Vietnam, a los veteranos revolucionarios, a las heroicas madres vietnamitas, a los distinguidos invitados, a todos camaradas, compatriotas del país y los vietnamitas de ultramar.

Camaradas y compatriotas,

La historia milenaria de Vietnam ha demostrado que el patriotismo y la defensa nacional, forjados a través de las luchas contra agresiones extranjeras, por la independencia, la soberanía y la integridad territorial son tradiciones enormemente preciosas de nuestro pueblo.

Sobre la base de esta tradición, desde mediados del siglo XIX, después de la invasión de los colonialistas franceses, nuestro pueblo no se rindió a su yugo y constantemente se alzó a través de grandes de movimientos patrióticos, bajo diferentes formas y orientaciones: desde los caminos llevados por los intelectuales, las insurrecciones de los campesinos hasta la revolución burguesa… Aunque sus luchas habían sido valientes y llenas de sacrificios, pero las limitaciones históricas, incluida la falta de un camino correcto, les condujeron a fracasos. La historia exigió un nuevo camino de lucha.

En el año 1911, el joven patriota Nguyen Tat Thanh (nuestro querido Tío Ho) partió de Vietnam en busca de un nuevo camino para salvar la Patria y recuperar la independencia nacional. Sus ardientes aspiraciones lo llevaron al marxismo-leninismo, encontrando en esta doctrina revolucionaria el camino a seguir para la salvación nacional: la revolución proletaria. A través de sus muchos años de actividades en el extranjero, estudió minuciosamente, aprendió e hizo aplicaciones creativas del marxismo-leninismo y lo introdujo en Vietnam, preparándose para la formación de un verdadero partido revolucionario.

El 3 de febrero de 1930, la Conferencia para la unificación de las Organizaciones Comunistas se sesionó en la península de Kowloon, en Hong Kong (China), bajo su dirección (con el alias Nguyen Ai Quoc), unificando a todos los partidos comunistas en Vietnam en un solo partido: el Partido Comunista de Vietnam. Este fue un importante hito que puso fin a la prolongada crisis en cuanto al modelo de organización y las directrices de la revolución vietnamita. El advenimiento del Partido Comunista de Vietnam fue el resultado de una combinación entre el marxismo-leninismo con los movimientos obrero y patriótico; demostrando la madurez y las fortalezas que la clase obrera de Vietnam había alcanzado para asumir el papel histórico como el líder de la Revolución. La primera Plataforma Política del Partido fue aprobada en la conferencia de fundación del Partido y determinó las direcciones fundamentales de la Revolución de Vietnam, atendiendo a todas las necesidades urgentes del país y las aspiraciones ardientes del pueblo.

En sólo 15 años después de su fundación, el Partido había establecido un estrecho lazo como “carne y hueso” con el pueblo, y gozado una absoluta fidelidad y un gran apoyo populares. En ese poco tiempo, nuestro Partido dirigió el movimiento de liberación nacional y fue artífice de tres auges revolucionarios: el auge de 1930-1931 que culminó con el movimiento de Nghe Tinh Soviético; el auge de 1936-1939 que exigió el bienestar público y la democracia; y el auge de liberación nacional de 1939-1945, en el que cuando habían madurado las condiciones, nuestro Partido lideró a todo el pueblo vietnamita a la conquista del poder, obteniendo la contundente victoria de la Revolución de Agosto, que abrió el camino para la fundación de la República Democrática de Vietnam el 2 de septiembre de 1945 (este año celebramos el 75 aniversario). Inmediatamente después del nacimiento del Vietnam independiente, la Revolución tuvo que enfrentar cuantiosos dificultades y desafíos. En el mismo tiempo, se enfrentó con “las adversidades del hambre, el analfabetismo y la agresión extranjera”.

En esas circunstancias tan graves, el Partido lideró a nuestro pueblo a superar la situación tan hostil, cuando la supervivencia de la nación pendió de un hilo, formando y defendiendo al incipiente gobierno, y preparando activamente todo lo necesario para una nueva lucha de resistencia contra la invasión de los colonialistas franceses.

Con la política de resistencia de “todo el pueblo”, “integral”, “a largo plazo”, “basada en nuestra propia fuerza”, promoviendo la tradición nacional de unidad y patriotismo, el Partido dirigió al pueblo a derrotar todos los planes e intrigas de invasión del enemigo, especialmente con la victoria en la campaña ofensiva de Invierno-Primavera de 1953-1954 y finalmente a conseguir la rotunda victoria en la batalla de Dien Bien Phu “resonante en los cinco continentes y que sacudió al mundo”, obligando a los colonialistas franceses a firmar el Acuerdo de Ginebra (1954), poniendo fin a la guerra de agresión a Vietnam.

De 1954 a 1975, el país se dividió en dos. Bajo la dirección del Partido, el Norte hizo grandes esfuerzos para construir el socialismo mientras cumplió simultáneamente sus deberes de una gran retaguardia para el gran frente. El pueblo del Sur se mantuvo firme en la lucha inquebrantable por la independencia y la reunificación nacionales.

Con el espíritu de que “preferimos a sacrificar todo antes que perder nuestro país y ser esclavos”, y “no hay nada más precioso que la independencia y la libertad”; sobre la base de las direcciones correctas y creativas del Partido, con la fuerza combinada de toda la nación, el ejército y nuestro pueblo, paso a paso, derrotamos todas las estrategias de guerra del imperialismo estadounidense, liberando completamente el Sur el 30 de abril de 1975 y reunificando el país.

Esta victoria “se registra para siempre en la historia de nuestro pueblo como una de las páginas más gloriosas, un símbolo brillante del triunfo del heroísmo revolucionario y la inteligencia humana; y pasa a la historia mundial como una gran hazaña del siglo XX, un acontecimiento de enorme importancia internacional, con el sello distintivo de su tiempo” (este año celebramos el 45 aniversario).

Al hacer todo lo posible para superar las graves secuelas causadas por la guerra, el pueblo vietnamita tuvo que continuar librando nuevas batallas. Bajo la dirección del Partido, nuestro ejército y nuestro pueblo se centraron tanto en la reconstrucción económica y social como en la lucha para defender nuestra frontera sagrada, la independencia y la integridad territorial. Al mismo tiempo, asumimos el deber internacional de rescatar al pueblo de Camboya del genocidio y ayudarlos a resucitar su nación.

Frente a las nuevas demandas del desarrollo del país, con el fin de superar las deficiencias del mecanismo de planificación centralizada burocrática y los subsidios, que nos condujeron a las crisis económicas y sociales de posguerra, sobre la base de las innovaciones e iniciativas acumuladas por el pueblo, el Partido emprendió la política de renovación parcial en la agricultura, la industria y en primer lugar en el pensamiento socialista. Así gradualmente se formuló la nueva política denominada Renovación.

Basado en un análisis profundo de la situación del país y a través de un proceso de búsqueda y experimentación, con el espíritu de “enfrentar directamente a la verdad, evaluar correctamente la verdad, decir claramente la verdad”, el VI Congreso Nacional del Partido (diciembre de 1986) ratificó la política de Renovación integral del país, marcando un punto de viraje en la transición al socialismo en Vietnam. La adopción de la política de Renovación (Doi Moi) satisfizo las demandas prácticas, demostró la firme valentía y el pensamiento creativo del Partido Comunista de Vietnam y abrió una nueva era para el desarrollo del país.

Después del VI Congreso, el Partido gradualmente perfeccionó y concretó la política de Doi Moi cuyo el contenido básico y central fue recogido en la Plataforma de construcción del país en el periodo de la transición al socialismo (la Plataforma de 1991 y la Plataforma complementaria y desarrollada en 2011) y otros importantes documentos del Partido aprobados en los posteriores Congresos.

En los años 90 del siglo XX, superando los desafíos planteados por el colapso del modelo del socialismo real en la Unión Soviética y los países de Europa del Este, el Partido Comunista y el pueblo de Vietnam persistieron, continuaron firme y creativamente en el camino hacia el socialismo, de acuerdo con las condiciones y características específicas de Vietnam.

El Comité Central del Partido, desde el mandato VI al XII, ha emitido muchas resoluciones sobre cuestiones básicas e importantes del Partido y del desarrollo del país. La Asamblea Nacional las ha institucionalizado mediante el sistema de leyes, creando una base legal cada vez más sincronizada y apropiada para el proceso Doi Moi. Mientras tanto, el Gobierno ha implementado estas leyes a través de los mecanismos, políticas y soluciones específicos para gestionar, administrar y dirigir el proceso de construcción y desarrollo del país.

Al identificar y adoptar la política Doi Moi, nuestro Partido siempre ha dominado y aplicado creativamente los principios básicos del materialismo dialéctico del marxismo-leninismo, del pensamiento de Ho Chi Minh y de la experiencia práctica, remediando bien las relaciones básicas como el desarrollo de una economía de mercado con orientación socialista; la construcción de un Estado de Derecho socialista “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”; la estrecha combinación entre “la renovación económica y la renovación política”, entre “el crecimiento económico y la práctica del progreso y justicia social”; la eficiente combinación entre “el desarrollo socioeconómico y la seguridad nacionales”, entre “la construcción y defensa nacionales”, entre “la independencia, autodeterminación y la activa integración internacional”, entre “el liderazgo del Partido, la gestión del Estado, el derecho del pueblo de ser el dueño”… sin caer en superficialidad, extremismo, subjetivismo o saltar de un extremo al otro.

De hecho, después de casi 35 años de implementación de la política Doi Moi, desde un país azotado por la pobreza y atrasado en lo material, tecnológico, económico y social, hasta ahora, Vietnam se ha convertido en un país en desarrollo con ingresos medios; la cultura y la sociedad continúan desarrollándose, se mejora la vida material y espiritual del pueblo; el trabajo de construcción del Partido y el sistema político obtienen grandes avances; la gran unidad nacional se consolida constantemente; se mantuvieron la estabilidad política, la defensa nacional, la seguridad, la independencia y la soberanía; la posición y el prestigio del país se mejoran cada vez más en el ámbito internacional.

Hoy, Vietnam se ha convertido en un país con una población de casi 100 millones de personas, con un ingreso promedio de US $ 2.800 per cápita; ha incorporado en la mayoría de las organizaciones internacionales, convirtiéndose en un miembro activo y responsable en las actividades de la comunidad internacional. Recientemente, hemos sido elegidos con una aprobación récord por la Asamblea General de las Naciones Unidas para ocupar por segunda vez un escaño no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Con esos grandes logros alcanzados, tenemos todo el derecho para decir que nuestro país disfrutado de tanta oportunidad, poder, posición y prestigio como nunca antes.

Estimado camaradas y compatriotas,

Las ricas y vivaces prácticas de la Revolución vietnamita en los últimos 90 años han demostrado que el liderazgo correcto y sabio del Partido es un factor fundamental que decide todas las victorias de la Revolución y las hazañas de Vietnam. Por otro lado, a través de la dirección de la revolución, nuestro Partido se ha forjado y madurado, cumpliendo así el papel y la misión como líder de la revolución y mereciendo la fidelidad y las aspiraciones del pueblo.

Esa realidad confirma una verdad: en Vietnam, no existe una fuerza política que no sea el Partido Comunista de Vietnam que tenga suficiente valentía, sabiduría, experiencia, prestigio y capacidad de dirigir el país a superar todas las dificultades y desafíos, y obtener una victoria tras la otra.

Y en ese mismo proceso, el Partido ha acumulado muchas lecciones valiosas, fomentando las gloriosas tradiciones que hoy tenemos la responsabilidad de preservar y promover. Es la tradición de lealtad infinita a los intereses nacionales y de la clase, la firmeza en las metas y el ideal de liberación nacional vinculados con el socialismo, basado en el marxismo-leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh.

Es la tradición de defender la independencia y la soberanía nacional; de entender, aplicar y desarrollar creativamente el marxismo-leninismo, teniendo en cuenta las lecciones aprendidas del mundo para llegar a una dirección correcta y ejercer una implementación efectiva de las misiones revolucionarias.

Es la tradición del estrecho vínculo como “carne y hueso” entre el Partido y el pueblo y el ideal inquebrantable de servir al pueblo como razón de ser y objetivo de la vida. Es la tradición de unidad, consenso, buena organización y estricta disciplina basada en los principios de centralismo democrático, la crítica y la autocrítica y el cariño entre los compañeros. Es la tradición de fidelidad y auténtica solidaridad internacional basada en nobles principios y objetivos.

Una mirada retrospectiva a los 90 años de construcción, lucha y madurez del Partido Comunista de Vietnam y en este solemne momento, expresamos nuestra infinita gratitud por las proezas brillantes del Presidente Ho Chi Minh: el ingenioso líder de nuestro Partido y pueblo, el Gran Maestro de la Revolución de Vietnam, el Héroe de la liberación nacional y el gran hombre de la cultura mundial, quien dedicó toda su vida al pueblo, al país; dirigió al Partido y a nuestro pueblo a obtener numerosas victorias y verdaderamente “trajo la gloria a nuestro país, nuestro pueblo y nuestra tierra”. Cuanto más se crece nuestro país, más próspero y feliz es nuestro pueblo, más obviamente se demuestra que la ideología, la carrera, la moral y el estilo de vida de Ho Chi Minh son un tesoro valioso y una antorcha para iluminar el camino hacia el futuro de nuestro pueblo.

Siempre estaremos agradecidos por la tremenda contribución de los exlíderes, millones de héroes y mártires, los hombres y mujeres ejemplares que valientemente dieron su vida por la independencia, libertad, soberanía, integridad territorial de la Patria, por la causa socialista y nobles misiones internacionalistas. Expresamos nuestra profunda gratitud por los venerables revolucionarios, las familias de los mártires, las heroicas madres vietnamitas, los veteranos heridos y enfermos, las familias con contribución encomiable a la nación, y a todos los compatriotas y combatientes que lucharon valientemente, quienes se han sacrificado, trabajado y sacado el máximo de su creatividad para hacer grandes contribuciones a la gloriosa causa revolucionaria de nuestra nación.

Con toda modestia de los revolucionarios, aún podemos decir: “¡Qué genial es nuestro Partido!” ¡Qué heroico es nuestro pueblo!”.

Grabaremos para siempre en nuestros corazones y estaremos agradecidos por el valioso apoyo de las hermanas naciones socialistas, los pueblos progresistas y los amigos de todo el mundo hacia nuestra lucha pasada por la liberación y la reunificación nacional y la causa de construcción y defensa nacional.

Camaradas y compatriotas,

En este momento, todo el Partido, el pueblo y nuestro ejército se esfuerzan por cumplir la Plataforma Política del Partido, la Construcción del Estado, promoviendo de manera integral y sincrónica la causa de Doi Moi, la industrialización y la modernización, el desarrollo de una economía de mercado con orientación socialista, la integración internacional, llevando a cabo al mismo tiempo las tareas estratégicas de construcción y defensa de la Patria, por un pueblo próspero, país fuerte, sociedad democrática, justa y civilizada.

Esta es una empresa revolucionaria enorme y grandiosa, “una pelea gigante” como dijo el Tío Ho, pero también fue extremadamente difícil y complicada. El contexto internacional y la situación interna, además de las ventajas y oportunidades, también presenta muchas dificultades y desafíos. Estamos enfrentando a numerosas problemas emergentes y evoluciones complejas.

Esa situación exige que todo el Partido, el pueblo, nuestro ejército, más que nunca, promuevan la tradición patriótica y revolucionaria, el espíritu de solidaridad, responsabilidad y esfuerzos para superar todas las dificultades y desafíos para construir nuestra Patria cada vez más próspera y hermosa.

El esfuerzo creativo y resiliente de todo el pueblo y de todos organismos, localidades y componentes económicos es un factor extremadamente importante para el desarrollo de nuestro país.

Nuestro Partido necesita reforzar la construcción y la rectificación para que sea cada vez más transparente, fuerte y pueda cumplir con sus responsabilidades como la fuerza de vanguardia en el liderazgo de la causa revolucionaria en la nueva era.

Desde el XII Congreso del Partido hasta la fecha, nuestro Partido ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo al trabajo de construcción del Partido, considerándolo como una tarea clave. Recientemente, el Partido ha implementado esa tarea según el espíritu de la Resolución de los IV Plenos del Comité Central del XI y XII Congreso, obteniendo resultados y experiencias muy importantes, contribuyendo a prevenir y retroceder las deficiencias, mejorando el liderazgo y la capacidad de lucha del Partido.

Sin embargo, en el trabajo de construcción del Partido todavía queda mucho por hacer, especialmente en la lucha contra la degradación de la ideología política, la moral y el estilo de vida; las manifestaciones de “auto-evolución”, “auto-transformación”; corrupción, despilfarro, burocracia, la distancia de las masas…

Las fuerzas hostiles aún están buscando formas de sabotear la causa revolucionaria de nuestro pueblo a través de la distorsión y las falsas acusaciones al Partido y el Estado; atacando directamente a la ideología, las plataformas políticas, las direcciones políticas del Partido y creando escisión entre el Partido y el Estado y el pueblo para desintegrar nuestro Partido y régimen político desde las raíces, desde adentro. Son realmente insidiosos y peligrosos.

La dirección general de la construcción y rectificación del Partido es continuar promoviendo buenas tradiciones, defender y fortalecer la esencia revolucionaria y de vanguardia del Partido, y construir un Partido verdaderamente transparente y fuerte en política, ideología, ética, organización y cuadros; renovar métodos de liderazgo, fortalecer los lazos estrechos entre el Partido y el pueblo; asegurando que el Partido sea capaz de liderar la causa del desarrollo continuo de nuestro país.

En el contexto en que nuestro Partido es un partido gobernante, que opera en una floreciente economía de mercado e integración internacional; los cuadros y militantes del Partido ahora ocupan muchas responsabilidades y se enfrentan constantemente a las tentaciones del dinero, riqueza, poder y los intereses personales, el defender el carácter revolucionario y de vanguardia de nuestro Partido se vuelve aún más vital.

Sin una plena conciencia de esto, sin un esfuerzo activo y minucioso hacia la superación personal y el aprendizaje, los militantes y cuadros del Partido se degenerarían con mayor facilidad. La cuestión de preservar la esencia del Partido: un Partido Comunista, un verdadero partido revolucionario, que lucha por la causa de la clase obrera, del pueblo, en beneficio del pueblo, es un tema fundamental e importante.

El Presidente Ho Chi Minh advirtió: “El hecho de que una nación, un partido y un individuo que gozan apoyo, respeto y carisma hoy no garantizaque disfrutarían del mismo apoyo y elogios de las personas mañana, si sus corazones dejan de ser transparentes, si caen en el individualismo”.

Las Resoluciones de los 4º Plenos del Comité Central del Partido del XI y XII mandato sobre la construcción del Partido afirmaron que el Partido debe ser construido y rectificado con un espíritu positivo, persistiendo con todo vigor para crear un cambio más significativo en todos los aspectos, para prevenir y revertir la degradación ideológica; reforzar los objetivos e ideales revolucionarios; fortalecer la unidad entre la voluntad y la acción; consolidar la organización del Partido; reforzar los lazos aún más estrechos con el pueblo; y mejorar la capacidad de liderazgo y de lucha del Partido, considerándolas como un tema vital de nuestro Partido y nuestro régimen.

Un verdadero partido revolucionario que tiene una dirección correcta, está bien organizado, cuenta con una militancia limpia, ejemplar, consagrada y mantiene un estrecho lazo con el pueblo y es apoyado por el pueblo, disfrutará de un poder inigualable que no hay forma de detenerlo en el liderazgo de su pueblo hacia progreso.

Camaradas y compatriotas,

Este año celebramos la fundación del Partido en un momento muy importante: el año 2020 es el último del mandato del XII Congreso; es el año que se realizarán las asambleas del Partido a todos los niveles con vistas al XIII Congreso Nacional del Partido; es el año de conmemoración de muchos eventos políticos trascendentales; el año en que Vietnam actuó como Presidente de la Asean y miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El panorama internacional y nacional presenta muchas oportunidades y ventajas, pero también plantean numerosas dificultades y desafíos, lo que exigen a todo el Partido, el pueblo y nuestro ejército que hagan el mayor esfuerzo y mantengan la máxima determinación por cumplir con éxitos las tareas del 2020, centrándose en cumplir lo mejor posible las tareas de desarrollo socioeconómico; fortaleciendo la estabilidad macroeconómica; promoviendo la implementación de los avances estratégicos; reestructurando la economía vinculada con la renovación del modelo de crecimiento; garantizado la seguridad social y el bienestar social, y mejorando la calidad de vida del pueblo.

Debemos mantener la independencia nacional, la soberanía, un entorno pacífico y estable para el desarrollo y promover las relaciones exteriores. Concentraremos en organizar con éxito los congresos del Partido a todos los niveles con vistas al XIII Congreso Nacional del Partido, asociado con la implementación continua de las Resoluciones de los IV Plenos del Comité Central del Partido del XI y XII mandatos sobre la construcción del Partido, de la Directiva No. 05 del Buró Político sobre el estudio y aprendizaje de la ideología, la ética y el estilo de vida de Ho Chi Minh, creando un cambio más vigoroso en la construcción y rectificación del Partido.

Con entusiasmo y orgullo, tenemos la plena convicción de que el Partido Comunista de Vietnam cumplirá con éxito sus responsabilidades. Todo el Partido, el pueblo y nuestro ejército se unen y se esfuerzan por construir un Vietnam de paz, unidad, independencia, democracia y prosperidad en el sólido camino hacia el socialismo.

¡Gloria eterna para la nación de Vietnam de la cultura milenaria y heroica!

¡Viva el glorioso Partido Comunista de Vietnam!

¡Viva la República Socialista de Vietnam!

¡El Presidente Ho Chi Minh vivirá eternamente en nuestra causa!

Muchas gracias.