Se trata de una actividad cultural tradicional anual que organiza la metrópoli acorde con la filosofía “al beber agua, recuerda el manantial”, para expresar una profunda gratitud a los Reyes Hung y los ancestros por sus grandes contribuciones a la construcción y defensa del país.
Los pasteles, que fueron cuidadosamente seleccionados en la decimosexta edición del concurso "Elaborar banh tet", son los más hermosos y deliciosos.
El mismo día, la delegación ofreció incienso a Nguyen Huu Canh, uno de los fundadores de la región sureña vietnamita.