Casa “trinh tuong”, símbolo del apego y la creatividad de la etnia H’Mong

Un día nuevo acabó de llegar a la comuna de Chien Pho, del distrito de Hoang Su Phi, en la norteña provincia vietnamita de Ha Giang. El rocío todavía abrigaba los tejados, pero en los senderos locales ya se oían pasos. Era el día en que Vang Si Hung, un habitante de la etnia autóctona H’Mong, y su familia construirían una nueva casa tradicional de tierra apisonada llamada "trinh tuong".

En medio de las hostilidades de una tierra montañosa, la casa “trinh tuong” no solo es un lugar de residencia, sino también simboliza el apego, la perseverancia y la creatividad del pueblo H’Mong.

Los hombres portan tierra y las mujeres la comprimen en moldes, cada uno con su tarea, para construir juntos una nueva casa.
Los hombres portan tierra y las mujeres la comprimen en moldes, cada uno con su tarea, para construir juntos una nueva casa.

Desde hace generaciones, los H’Mong construyen sus viviendas con la técnica “trinh tuong”, es decir, apisonando a mano tierra en moldes de madera para crear muros de 40 a 50 centímetros de grosor. Las paredes hechas de tierra acumulan calor en invierno y lo irradian en verano, así como son altamente resistentes a las condiciones climáticas extremas. Por lo tanto, el primer paso, que suele seguirse según experiencias folclóricas, es elegir un lugar con tierra de buena plasticidad y adhesividad.

Después de finalizar el terraplenado y la cimentación para la casa de Hung, todos los aldeanos echaron una mano: algunos cavaron, transportaron y tamizaron el material, y otros prepararon los moldes.

Si Hung daba meticulosamente los toques finales a los muros para garantizar su durabilidad.

Si Hung daba meticulosamente los toques finales a los muros para garantizar su durabilidad.

Decenas de personas trabajaron en armonía sobre el terreno recién nivelado. Las mujeres, de pie y sosteniendo morteros de madera, apretaban cada capa de tierra. Cada ritmo resonaba formando una melodía de montañas y bosques. Mientras, los hombres molían y amasaban tierra para moldearla. El cabeza de familia, Vang Si Hung, golpeaba con cuidado los muros con una tabla de madera para alisarlos y reforzar su estructura.

Construir una casa “trinh tuong” es una tarea comunitaria. Los niños observan a los adultos, mientras los ancianos enseñan a los jóvenes. A veces, las mujeres descansan tomando agua y charlando. Son momentos sencillos de una jornada de trabajo llena de significado.

Un rato de descanso.

Un rato de descanso.

Toda la aldea se une a la construcción de casas para cada familia.

Toda la aldea se une a la construcción de casas para cada familia.

Cuando la casa estaba casi terminada, la familia de Hung preparó una comida para agradecer la ayuda prestada. El cansancio pareció desaparecer con sorbos de licor de maíz tradicional, platos calientes y bulliciosas charlas.

La fiesta de gratitud a quienes ayudan en la tarea es un ejemplo del apego entre los vecinos de la comunidad étnica H’Mong.

La fiesta de gratitud a quienes ayudan en la tarea es un ejemplo del apego entre los vecinos de la comunidad étnica H’Mong.

Más allá de una mera morada, las casas “trinh tuong” son un patrimonio cultural digno de preservación, sin huella alguna dehormigón o máquinas, sino solo las vivencias traspasadas de generación en generación.

Si bien los visitantes valoran un día de edificar la casa “trinh tuong” como oportunidad de vivir un animado espacio cultural, para los H’Mong, se trata de una manera de conservar lo que les han legado los antecesores, mantener sus vínculos con la tierra y seguir escribiendo sus propias historias.

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