El fotógrafo alemán, nacido en 1937, dijo que se sintió extremadamente emocionado y feliz al enterarse de la nominación. El motivo es que el tema de los premios es el amor por Hanoi. Eso es algo que siempre guarda en su corazón y trata de mostrarlo a través de sus fotos.
La madre de Thomas de Billhardt es una fotógrafa independiente que tiene su propia tienda de fotografía. Ella es quien sembró el amor por la fotografía en Billhardt y lo dotó de conocimientos sobre la profesión.
Posteriormente, Billhardt se convirtió en reportero gráfico y viajó por todo el mundo como representante de varias agencias de noticias y del Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Cuando llegó a Vietnam por primera vez en 1967 con un equipo de filmación de la República Democrática Alemana, el fotógrafo vio la brutalidad de la guerra a través de los edificios en ruinas y continuas sirenas. En ese momento, Hanói sufría los ataques de los aviones de combate estadounidenses.
De acuerdo con la Agencia Vietnamita de Noticias, las fotografías tomadas durante esos viajes fueron publicadas en cuatro libros ilustrados por Thomas Billhardt, a saber: “Pilotos en pijama” (1968), “Aspiraciones por la paz: Vietnam” (1973), “Hanói - Los días antes de la paz” (1973) y “Rostros de Vietnam” (1978). En 2020, Billhardt publicó el libro fotográfico “Hanoi 1967-1975” y realizó una exposición con el mismo nombre en la capital vietnamita. Además, se han exhibido imágenes suyas de la guerra en la nación indochina en Alemania, Suecia y Rusia, lo que lo ha hecho famoso en todo el mundo.
El período 1967-1975 fue la etapa más difícil para Hanói. La gente sufría por la escasez de alimentos y agua, pero aún se veían sus sonrisas.
“La compasión y tolerancia del pueblo vietnamita en ese momento fue grandiosa. El amor humano y el apoyo mutuo son algo que se puede ver fácilmente”, compartió Billhardt.
Lo que más temía cuando trabajaba en tiempos de guerra no eran las bombas, sino quedarse sin película fotográfica.
Billhardt dijo que tomó muchas fotos de Vietnam durante la guerra, sin embargo, hubo un incidente en particular que nunca olvidaría.
En 1972, estaba tomando fotos desde el balcón de un hotel en Hanói cuando de repente se escuchó un chillido, seguido de un gran golpe que se encontraba a unos 200 metros de él. Luego vio una columna de humo que se elevaba. Era un misil teledirigido.
“Normalmente, las fuerzas de defensa aérea vietnamitas a menudo enviaban alarmas sobre bombardeos, para que la gente pudiese entrar rápidamente al refugio. Sin embargo, no hubo alarma en esa ocasión”, recuerda.
Billhardt corrió al hospital y tomó fotografías de las víctimas del ataque. Las imágenes de ese momento lo perseguirían por el resto de su vida: un hombre que había sido atacado por cientos de fragmentos de metralla; una niña de tres años que había perdido su pierna; y en un área remota del hospital, una abuela afligida sentada junto al cuerpo sin vida de su nieto de cinco años.
“No quería fotografiar personas muertas o heridas para volverme famoso, pero en ese momento no podía hacer nada más que tomar fotos”, dijo.
Billhardt admite haber llorado entonces. Aunque sabía que la abuela no entendía alemán, todavía le dijo que esta foto se publicaría para que el mundo conociera sobre la guerra en Vietnam.
Después del fin de la guerra, Billhardt regresó a Vietnam varias veces para ver el país que amaba. Buscó a los personajes de sus fotos para ver cómo vivían durante los tiempos de paz.
En 1999, sus instantáneas se exhibieron en la plaza Dong Kinh Nghia Thuc en Hanoi. Se le acercó un hombre con el rostro lloroso. A través de un traductor, supo que se trataba del padre del niño de cinco años que murió en el ataque de 1972.
El hombre invitó a Billhardt a su casa. Colocó en el altar de su familia la misma foto que Billhardt había tomado del niño y su abuela en el hospital, porque era la única foto de su hijo.
Después de esa reunión, Billhardt se comprometió a seguir presentando fotos de Vietnam al mundo.