Se trata de uno de los ritos culturales de los vietnamitas para invitar a Ong Cong y Ong Tao (genio de la tierra y dioses de la cocina) a volver al mundo después de ascender al cielo el día 23 de diciembre del calendario lunar.
Tras realizar la ofrenda de incienso, los miembros de la familia se reúnen en la última cena del año lunar y disfrutan de esas comidas para despedir el año que termina y dar la bienvenida al año nuevo con mucha felicidad y buenas cosas.
Esa cena es muy importante para los miembros de la familia quienes estuvieron ocupados con los trabajos durante el año. Se trata de un momento sagrado para que las personas olviden todas las preocupaciones y problemas de la vida y unan sus manos para dar la bienvenida a nuevos proyectos y esperanzas.
Tran Huu Son, vicepresidente de la Asociación de Artes folclóricas de Vietnam, dijo que cada familia a menudo prepara dos deliciosas bandejas de comidas dedicadas a los antepasados en víspera del Año Nuevo Lunar (Tet), una en la tarde (Tat Nien) y una en la Nochevieja (Giao Thua).
Bandeja de frutas.
Ante el altar ancestral, el hombre de más edad de la familia ofrenda inciensos y lee palabras para invitar a los dioses y antepasados a celebrar el Tet, reveló.
Aunque la bandeja del Tet de hoy ha cambiado mucho, los platos tradicionales infalibles de tres regiones incluyen Banh Chung y Banh Tet (pastel de arroz glutinoso), carne salteada, rollitos de primavera y cebolla en escabeche.
Además, se coloca en el altar una bandeja compuesta por cinco frutas. Un racimo de plátanos verdes simboliza el deseo de una protección de los poderes sobrenaturales y los antepasados, mientras pomelos y sandías representan la fertilidad, y el quinoto y caquis connotan la riqueza y la prosperidad.
Se dice que las cinco frutas son un símbolo de los cinco elementos básicos de la filosofía oriental (metal, madera, agua, fuego y tierra). Otras teorías describen la bandeja como un símbolo de los frutos del trabajo duro de la familia durante todo el año pasado, que se consagran en el cielo y la tierra y sus antepasados como señal de respeto y gratitud.
Por otra parte, la rama de flor de melocotón colocada en el altar posee el poder mágico de repeler los espíritus malignos, al contener una gran vitalidad. Por tal motivo, esas flores representan una oración y bendición al comienzo de la primavera.