Su meta general es promover el potencial de las zonas rurales, mejorar la producción y la eficiencia empresarial, aumentar los ingresos, crear empleos y mejorar la vida material y espiritual de la población.
También tiene como objetivo proteger el medio ambiente, preservar el paisaje y promover las tradiciones y la identidad cultural de la nación.
Se espera que la estrategia estimule el desarrollo económico rural asociado con los objetivos de la agricultura ecológica, las zonas rurales modernas y los agricultores civilizados.
Según la estrategia, la tasa de crecimiento de las ocupaciones rurales se expandirá entre un seis y un siete por ciento anual para 2030. El ingreso promedio de los trabajadores que se dedican a ocupaciones rurales será entre 2,5 y tres veces mayor que en 2020.
Las ocupaciones rurales atraerán a unos cinco millones de trabajadores regulares y ganarán más de seis mil millones de dólares al año por las exportaciones.
Mientras tanto, la tasa de trabajadores capacitados y de aquellos con títulos y certificados alcanzará el 80 por ciento y el 35 por ciento, respectivamente.
Se formarán áreas estables y concentradas de materias primas en localidades de todo el país para satisfacer el 70 por ciento de las necesidades de desarrollo de los sectores rurales.
La estrategia identifica siete grupos de ocupaciones a desarrollar en las zonas rurales, entre ellas el procesamiento y conservación agroforestal-pesca; bellas artes y artesanías; producción de materiales; producción de sal; y servicios, entre otros.
También marca la dirección para preservar y restaurar las aldeas artesanales tradicionales, desarrollar mercados internos y de exportación para productos rurales y proteger el medio ambiente en esas zonas en asociación con el desarrollo del turismo.