En una entrevista concedida a los corresponsales de la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) en Japón, con motivo del 80º aniversario de la Revolución de Agosto (19 de agosto de 1945) y el Día Nacional de Vietnam (2 de septiembre de 1945), el profesor Furuta destacó que, en el corto período entre la rendición de Japón ante los Aliados el 15 de agosto de 1945 y la llegada de las fuerzas aliadas a Vietnam, el movimiento revolucionario logró movilizar rápidamente a un gran número de vietnamitas.
Señaló que la revolución se caracterizó por tres factores clave: ocurrió en el momento justo, tuvo un amplio respaldo popular y se extendió por todo el país.
Según el académico, estas características le dieron una base sólida de legitimidad al nacimiento de la República Democrática de Vietnam, que desde entonces ha evolucionado hasta convertirse en la actual República Socialista de Vietnam.
Al analizar la revolución en un contexto regional e internacional, recordó que la mayoría de los países del Sudeste Asiático estuvieron ocupados por Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la derrota japonesa, esta región se convirtió en uno de los primeros focos de las luchas por la liberación nacional.
Mencionó que la proclamación de independencia de Indonesia, el 17 de agosto de 1945, y la Revolución de Agosto en Vietnam, solo dos días después, fueron de las primeras manifestaciones claras de un movimiento global por la autodeterminación.
Desde esta óptica, la Revolución de Agosto de Vietnam tuvo dos grandes implicaciones internacionales.
En primer lugar, encabezó el movimiento global de liberación nacional tras la Segunda Guerra Mundial.
En segundo lugar, marcó el inicio de la era de independencia en el Sudeste Asiático, atrayendo la atención internacional hacia la región.
Furuta también resaltó los valores universales que sigue transmitiendo esta revolución.
Recordó que el Presidente Ho Chi Minh, al proclamar la independencia de Vietnam el 2 de septiembre de 1945, citó frases emblemáticas de la Declaración de Independencia de Estados Unidos y de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de Francia.
Según el profesor, el valor universal de la Revolución de Agosto radica en haber reafirmado la independencia nacional como parte inseparable de los ideales democráticos de la humanidad.
Aunque hoy el derecho de los pueblos a la autodeterminación está reconocido en la Carta de las Naciones Unidas, Furuta afirmó que tanto la Revolución como la Declaración de Independencia de Vietnam desempeñaron un papel clave para que ese principio fuera más ampliamente aceptado en los años posteriores a la guerra.
Concluyó que el espíritu esencial de aquella revolución fue demostrarle al mundo que Vietnam era un país independiente y unido, decidido a mantener esa independencia en solidaridad con la región, que en aquel entonces era el epicentro de las luchas por la liberación nacional. Ese mismo espíritu sigue guiando al Vietnam actual, hoy un miembro activo de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), comprometido con una integración más profunda y con aportar al desarrollo global.