Al recibir la víspera a Karl Van Den Bossche, recién designado embajador de Bruselas en Hanói, Minh Chinh destacó el desarrollo fructífero de las relaciones entre ambas naciones en los últimos tiempos en todos los campos, sobre todo política-diplomacia, comercio y agricultura, a pesar de los impactos negativos de la pandemia de la Covid-19.
También expresó su satisfacción por el aumento del intercambio comercial bilateral en el pasado; al mismo tiempo, formuló votos porque Bélgica cree más condiciones para la introducción de productos agrícolas vietnamitas en la nación europea.
Asimismo, esperó el deseo de que las empresas de los dos países continúen cooperando estrechamente y provechando las oportunidades del Tratado de Libre Comercio entre Vietnam y la Unión Europea (EVFTA), a fin de promover el comercio e inversión entre las partes.
El panorama de la reunión. |
Además, exhortó a Bélgica a ratificar pronto el Acuerdo de Protección de Inversión (EVIPA) entre la nación indochina y el viejo continente e instar a la Comisión Europea a eliminar lo más temprano posible la tarjeta amarilla impuesta al sector acuático vietnamita.
En la ocasión, Minh Chinh enfatizó en la necesidad de que las dos partes sigan colaborando y apoyándose mutuamente en los foros multilaterales y organizaciones internacionales, particularmente en las Naciones Unidas, y que se lleve a cabo con éxito la Cumbre Asean-Unión Europea a mediados de diciembre en Bélgica.
A la vez, Karl Van Den Bossche reiteró que Bélgica siempre otorga importancia a los vínculos de amistad y cooperación con Vietnam y resalta el papel y posición del país sudesteasiático en la región y el mundo.
Se comprometió a realizar todo lo posible para brindar contribuciones al fortalecimiento de los nexos de cooperación entre ambas naciones en las áreas con fortalezas de Bélgica y necesidades de Vietnam, incluidos la agricultura sostenible, economía digital, desarrollo verde y transformación energética, entre otros aspectos.
En cuanto a la cuestión del Mar del Este, las dos partes coincidieron en la importancia de mantener la paz, la estabilidad, la seguridad y la libertad de navegación marítima y aérea en esa zona y la solución pacífica de controversias sobre la base del derecho internacional, incluida la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) de 1982.