El oficio de alfarería que dio renombre a esta aldea data del siglo XVI y se practica principalmente en la zona de Nam Dieu, a orillas del río Thu Bon, en la ciudad de Hoi An.
Las bulliciosas actividades alfareras de Thanh Ha han pasado a la literatura folclórica, figurando en varios refranes. |
La alfarería de Thanh Ha alcanzó su apogeo a finales del siglo XIX e inicios del XX. Según ancianos locales, en la primera mitad del siglo XX había hasta cientos de artesanos en la aldea y numerosas familias ganaron una fortuna gracias a este oficio. |
Luego del meticuloso procesamiento del barro, cuyo fruto es una masa blanda y fina como de pastelería, los alfareros empiezan a darle forma. Cuando los productos ya no son pastosos, los dejan secar al sol o cerca del horno antes de la cocción. |
Con el paso del tiempo, marcado por las guerras y el proceso de modernización, las ventas de la localidad han caído notablemente. Algunos artesanos se pasaron a la fabricación de ladrillos y azulejos, los de mayor edad se jubilaron y la mayoría de los jóvenes muestra poco interés por conservar el legado. |
Sin embargo, varios artífices mantienen su pasión e intentan restablecer el oficio. En los últimos casi diez años, la aldea de Thanh Ha ha emergido como una gran atracción turística dentro y fuera del país, especialmente desde que el casco antiguo en Hoi An fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. |
Actualmente en la aldea hay 67 miembros de 32 familias dedicadas a la cerámica tradicional, la cerámica de bellas artes y los suvenires de esta materia. |
Los establecimientos en Thanh Ha producen principalmente objetos de uso cotidiano como vasijas, jarrones y cuencos, de diversas formas y colores. |
Además de mantener su oficio tradicional, los lugareños intentan restaurar las antiguas técnicas y probarlas deviene una curiosa experiencia para varios visitantes extranjeros. |
Turistas eligiendo suvenires en la aldea. |