El diplomático hizo tal afirmación durante un simposio internacional sobre métodos de investigación de huellas de bombas de racimo, el cual se efectúa del 27 al 29 de este mes en la ciudad de Dong Ha, provincia centrovietnamita de Quang Tri, en el cual elogió también los logros en la cooperación binacional para solucionar ese problema.
Posteriormente, Daniel J.Kritenbrink ofreció inciensos y colocó una ofrenda floral en el Cementerio Nacional de Mártires de Truong Son en esa provincia, donde descansan más de 10 mil combatientes vietnamitas.
Se trata del primer embajador estadounidense en Vietnam que recorre ese sitio, tras 25 años de la normalización de relaciones diplomáticas bilaterales.
El diplomático visitó también el puente de Hien Luong en el complejo de vestigios Hien Luong-Ben Hai, en Quang Tri, el cual fue la línea de separación entre el Norte y el Sur de Vietnam durante 21 años en la guerra pasada.
El evento, organizado por la Asociación de Asistencia del Pueblo de Noruega y el Centro Nacional de Acción contra Bombas y Minas de Vietnam, contó con la asistencia de delegados procedentes del Departamento de Estado norteamericano, la Embajada de Estados Unidos en Vietnam, agencias correspondientes de Camboya y Laos, organizaciones nacionales e internacionales, así como de representantes de las provincias vietnamitas de Thua Thien- Hue, Quang Binh y Quang Tri.
En la cita, los participantes trataron sobre las medidas para detectar huellas de bombas de racimo, y para desactivar esos artefactos, en aras de minimizar los accidentes causados por los mismos en Quang Tri.
Durante su agresión militar a Vietnam, Estados Unidos empleó contra la nación indochina unos 15 millones de toneladas de artefactos explosivos, y de esa cifra, unas 800 mil toneladas de bombas y minas aún permanecen sin detonar.
Quang Tri es una de las localidades más afectadas por las consecuencias de la guerra, con el 83 por ciento de su superficie afectada por bombas y minas tras el conflicto.