En un despacho enviado a las autoridades pertinentes, el jefe del Gobierno enfatizó que Noru fue una tormenta fuerte, con evoluciones complicadas, y ha provocado lluvias torrenciales, inundaciones y deslizamientos de tierra en algunas localidades del Centro y la Altiplanicie Occidental, afectando la producción y la vida de los pobladores.
En consecuencia, para minimizar los daños causados por el fenómeno, el premier exhortó a las provincias y ciudades afectadas a enfocar en la búsqueda de los desaparecidos, atender a los lesionados, apoyar a las familias afectadas por la tormenta, así como proveer alimentos y bienes básicos para los hogares necesitados.
Al mismo tiempo, exigió ofrecer alojamiento temporal para los pobladores que perdieron sus hogares debido al tifón e inundaciones, movilizar fuerzas para ayudar a las personas a reparar y reconstruir sus casas, realizar limpiezas para prevenir brotes de enfermedades, a la par de continuar revisando y evacuando proactivamente a aquellos residentes en áreas peligrosas, especialmente con riesgo de deslizamientos de tierra e inundaciones.
Las localidades deben reparar rápidamente las obras de infraestructura esenciales dañadas, restaurar la producción para estabilizar la vida de las personas, y movilizar proactivamente fuerzas para controlar la seguridad del tráfico en áreas inundadas, en aras de evitar las pérdidas humanas, recalcó.