Marzo y la florescencia del algodonero rojo

La llegada del marzo ha traído consigo los rayos calurosos del sol para unirse con remanentes del frío invernal. En marzo, las flores de algodonero vuelven a adornar los rincones de Hanói con el color rojo, de esas chispas que abrigan e hipnotizan a mucha gente en las calles abarrotadas de la capital vietnamita.

Solo una vez al año, en el marzo, se puede contemplar el florecimiento de algodonero.
Solo una vez al año, en el marzo, se puede contemplar el florecimiento de algodonero.

La época del florecimiento de algodonero evocan recuerdos de infancia de mucha gente. Como una indicación distintiva de una villa rural, el algodonero es plantado en casi todas las aldeas del delta del río Rojo, guardado con cariño en la memoria de los vietnamitas norteños.

Estos días en la aldea Doan Nu, comuna An My, distrito My Duc, Hanói, los racimos de la flor de algodonero brotan de las ramas esqueléticas que alzan al cielo.

La flor de algodonero tiene cinco pétalos rojizos, grandes, gruesos y llenos de vida. La peculiaridad de los algodoneros es que sus flores se abren al mismo tiempo a pesar de estar separado uno del otro.

Al deshojarse por completo, el algodonero está cubierto del color rojo de sus grandes flores y junto a los brotes verdes recién salidos, que componen una belleza radiante en cualquier lugar.

El algodonero a la entrada de la aldea se queda en la mente de muchas personas como una memoria de su infancia sosegada.

Este árbol puebla muchas calles de Hanói como Trang Thi, Dinh Tien Hoang, Tran Quang Khai, entre otras.

Esta flor roja cubre el Museo de Historia de Vietnam.

La flor de algodonero inspira a muchos músicos, poetas, pintores y en especial, fotógrafos de Vietnam.

Este árbol se dispersa en el norte de Vietnam, especialmente en Phu Tho, Nam Dinh, Ha Nam y alrededor de Hanói.