En paralelo con el pueblo dedicado a plantar el melocotonero de Nhat Tan, la aldea de Tu Lien se apresura en la cosecha para el Tet del Tigre 2022, a celebrarse el 1 de febrero.
Cada ramo de kumquat se va poniendo dorado, alternándose con el verdor de las hojas y los frutos no maduros y el blanco de las flores.
Cuidando las huertas con esmero, los trabajadores ansían una abundante cosecha en el venidero Tet.
Sin embargo, varios cultivadores se muestran preocupados por los pocos compradores directos comparado con los años previos debido al Covid-19. Explicaron que los comerciantes limitan las existencias por temor a la evolución complicada de la pandemia. Una parte de ellos, que no viven en Hanói, rechazan el hecho de tardar tanto tiempo en el trayecto y de realizar la declaración médica al entrar y salir de su localidad, por lo cual recurren a proveedores en su vecindario. Es más, el Covid-19 ha afectado los ingresos de la gente y por ende, su poder adquisitivo.
Según la tendencia de este año, una hermosa planta de kumquat con una altura superior a 1,5 metros se vende por casi 44 dólares. Las variedades que llegan hasta los dos y tres metros colocadas en vestíbulos de hoteles u otros lugares públicos cuestan hasta diez veces más, pero con ese tamaño suelen ser solo para alquilar.
Igual que en los últimos años, el minikumquat, que se siembra en macetas pequeñas, sigue siendo el producto más buscado por los amantes de los bonsáis. Su atractivo consiste en que no solo queda perfectamente en la sala de estar de cualquier hanoyense, sino también en su apariencia única.
Según las creencias de los vietnamitas, el kumquat simboliza el anhelo por las abundantes cosechas, un buen trabajo y la suerte en los negocios. Esto se considera el inicio de un año nuevo tranquilo y afortunado.
Una funcionaria del gobierno de Tu Lien compartió que actualmente en la aldea hay unas 400 familias dedicadas al referido oficio, cuya área de cultivo llega hasta 20 hectáreas. Cada huerta se extiende sobre unos mil metros cuadrados con una cantidad de árboles que varía de unas pocas centenas a miles.
Además de proveer a los comerciantes, los aldeanos ajustan de manera flexible y activa las maneras de venta ante la situación epidemiológica mediante las redes sociales, lo cual les permite mayor alcance a los clientes, tener un canal más de venta y superar las restricciones impuestas por la pandemia.