El 24 de febrero de 2022, Rusia lanzó una “operación militar especial” en Ucrania sobre la base del derecho a autodefensa estipulado en el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas (1945) y con el propósito de poner fin al presunto genocidio de Kiev en las regiones de Donetsk y Luhansk. La guerra ha dejado a millones de ucranianos necesitados de asistencia humanitaria de la comunidad internacional, cuyo deseo es que los dos países encuentren pronto una solución de paz y concluir este conflicto.
El 27 de febrero, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Resolución 2623 (2022) en la cual decidió convocar un periodo extraordinario de sesiones de emergencia de la Asamblea General acerca de la crisis en tierras ucranianas. Para los 193 Estados miembros se trataba de una oportunidad de alzar la voz y alentar a las partes pertinentes a buscar soluciones de paz.
La serie de reuniones, la decimoprimera de tal índole efectuada hasta su momento, se inauguró el día 28 del mismo mes. El 2 de marzo, los delegados dieron el visto bueno a la Resolución A/RES/ES-11/1 en la cual expresaron “su grave preocupación por los informes de ataques contra instalaciones civiles”, llamaron a “una acción urgente para salvar a esta generación del flagelo de la guerra” y exigieron que “la Federación de Rusia retire de inmediato, por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente”.
La votación para aprobar el documento recibió 141 papeletas a favor, cinco en contra y 35 abstenciones (entre estas Vietnam, Cuba, China, Sudáfrica y la India). Los países también expusieron sus puntos de vista y posturas por conducto de sus representantes.
El 1 de marzo, el embajador Dang Hoang Giang, representant permanente de Vietnam ante la ONU, pronunció un discurso en el cual reafirmó la postura de su país de que una vez que estalla, la guerra solo causa ilimitados sufrimientos a la población.
Remarcó que en el actual contexto, “todas las disputas internacionales deben resolverse por medios pacíficos, sobre la base de los principios fundamentales del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Estos incluyen los principios de igualdad soberana, respeto por la independencia política y la integridad territorial de los Estados, no injerencia en los asuntos internos de los Estados y abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza”.
El diplomático dio a conocer una extrema preocupación de Vietnam por el conflicto armado en curso en Ucrania y exhortó a las partes interesadas a tomar medidas para aliviar las tensiones. Sus propuestas consisten en “reanudar el diálogo y la negociación a través de todos los canales, con miras a lograr las soluciones a largo plazo que deberían tener en consideración los intereses y preocupaciones de todas las partes, de conformidad con el derecho internacional, particularmente el respeto de la soberanía y la integridad territorial de los Estados. Tal solución pondrá fin al actual sufrimiento y hará una tremenda contribución a la paz, la seguridad y el desarrollo en Europa y el mundo en general”.
Este prisma de Vietnam fue compartido en los discursos de los representantes de otros países del Sudeste Asiático. A modo de ejemplo, la embajadora Noor Qamar Salaiman (Brunéi) hizo énfasis en la importancia del mantenimiento de los principios fundamentales de la ley y el respeto al derecho internacional. Su par de Tailandia, Suriya Chindawongse, opinó que debe encontrarse una solución sostenible por medio de la ONU y los mecanismos existentes, y se mostró convencido del éxito final de la paz, la reconciliación y la buena vecindad.
Al ratificar el punto de vista de Hanói referente a la ofensiva militar rusa en Ucrania, respondiendo preguntas de la prensa sobre su voto en dichas sesiones especiales, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del país indochino, Le Thi Thu Hang, anunció que “Vietnam siempre sigue de cerca y está sumamente preocupado por la situación en Ucrania”. Dijo que “la prioridad ahora es de actuar con la máxima moderación, terminar las acciones violentas para evitar bajas o daños a la población civil, y retomar la senda del diálogo y la negociación a través de todos los canales para conseguir soluciones a largo plazo que tomen en cuenta los intereses legítimos de todas las partes, a tenor de la Carta de las Naciones Unidas y los principios básicos de la ley internacional”.
Esto consuena con el espíritu del Artículo 12 de la Constitución de 2013 - la ley suprema del país, que decreta “la República Socialista de Vietnam acata de manera consecuente las pautas de política exterior de independencia, autodeterminación, paz, amistad, cooperación y desarrollo; de multilateralización y diversificación de las relaciones, proactiva y dinámica integración, cooperación internacional con fundamento en el respeto de la independencia, la soberanía y la integridad territorial, no injerencia en los asuntos internos de los Estados, equidad y beneficios mutuos; y de observancia de la Carta de las Naciones Unidas y los acuerdos internacionales de los cuales la República Socialista de Vietnam es miembro”.
Vietnam se mantiene coherente tanto en sus documentos legales como en las declaraciones relativas al asunto de Ucrania, y consecuentemente llama a poner fin al uso de la violencia en las relaciones internacionales y apuesta por el diálogo entre las partes y la búsqueda de soluciones a largo plazo en aras de contener la escalada de los conflictos armados. Vietnam no se inclina a favor de ningún lado, sino opta por la razón y la justicia. Esto coincide con el mensaje explícito de la Asamblea General de la ONU: Abran la puerta al diálogo y a la diplomacia, ya.
La comunidad internacional demostró su responsabilidad al promulgar el 24 de marzo una segunda resolución, A/RES/ES-11/2, bajo el título “Consecuencias humanitarias de la agresión contra Ucrania”. Con 140 votos a favor, cinco en contra y 38 abstenciones, la misma sigue realzando la apelación de que Rusia detenga su operación militar especial y que las partes proporcionen asistencia humanitaria a los ucranianos.
En la sesión del 23 de marzo, Dang Hoang Giang reafirmó que todas las disputas internacionales deben resolverse por medios pacíficos. Acentuó la crucial necesidad de acabar con las hostilidades y encontrar soluciones a largo plazo.
Los resultados de votación para adoptar las citadas resoluciones dejan clara una especial atención de la comunidad internacional en su intento de llamar al cese por parte de Moscú de las acciones propensas a aumentar las tensiones, buscar maneras de establecer un alto el fuego y atender los problemas humanitarios en Ucrania. Esos documentos instan, además, a la solución inmediata y pacífica del conflicto entre la Federación de Rusia y Ucrania mediante el diálogo político, las negociaciones y otros medios pacíficos, con arreglo al derecho internacional.
Aunque ambos documentos no son legalmente vinculantes para los 193 países integrantes de la ONU, ratificarlos entraña otra razón de confianza de la gente ucraniana en la mayor organización multilateral. Eso es porque los ucranianos necesitan desesperadamente la paz y todo el mundo también se la desea.
Pese a tal realidad, en los últimos tiempos hubo en algunos foros comentarios que describían el punto de vista de Vietnam como “ambiguo y confuso”. Conviene saber que Vietnam, una nación muy curtida en la guerra y en sus desastrosas consecuencias, entiende claramente la devastación y el dolor de este mal, por eso atesora aún más el valor de la paz y la aspiración a alcanzarla. Comentarios tan tendenciosos dejan al desnudo la intención de conspirar para provocar discrepancias internas y distancias a Vietnam de los países amigos.
Más allá, se lanzaron provocadores artículos con sondeos de la opinión de los lectores, en busca de pruebas de que “la mayoría de la población están a favor” y los puntos de vista del Estado vietnamita “solo son la minoría”.
Algunas publicaciones en periódicos extranjeros plantearon dudas sobre la actitud del Estado vietnamita y lo acusaron de dar la espalda a la paz. Esta maniobra ha dejado claro el complot de socavar el prestigio del Estado ante sus ciudadanos y cuestionar al liderazgo del Partido y el Estado. El método consiste en entrevistar a algunos individuos con visiones unilaterales que se autotitulan “expertos”. Sus declaraciones traslucen la clara intención de sabotear el Partido y el Estado y manchar, usando como excusa el tema de Ucrania, la imagen de Vietnam en las relaciones internacionales.
Las prácticas evidencian que Rusia y Ucrania constituyen socios importantes de Vietnam. La entrañable amistad entre el país del Sudeste Asiático y esas dos naciones se ha mantenido firme en los últimos tiempos y en los ámbitos político-diplomático, comercial, sociocultural, científico-tecnológico y otros. Es concordante con la actual situación el llamamiento de Hanói a la búsqueda de soluciones a largo plazo, teniendo en cuenta los intereses y preocupaciones de las partes, el respeto de la ley internacional, la soberanía y la integridad territorial de los países, la seguridad de los residentes en tierras ucranianas y la ayuda humanitaria.
La opción de Vietnam no complicará las tensiones, ni agudizará el conflicto, ni siquiera provocará olas de protestas unilaterales dentro del territorio nacional. También fue la decisión de varios Estados al votar en blanco por las dos resoluciones de la Asamblea General de la ONU. La posición diplomática invariable de Vietnam es pactar con la justicia.