Los vietnamitas mantienen la costumbre de visitar pagodas en el primer día del Tet, a fin de encontrar la paz, dejando atrás los sufrimientos y las dificultades para abrirse paso a la buena suerte y la felicidad.
Consideran que la oración en las pagodas no es simplemente para expresar deseos, sino también para sumergirse en el ambiente apacible de los santuarios, recuperando así la calma y la ligereza de alma.
Después del rezo, muchas personas realizan el ritual ‘hai loc’ (recolección de fortuna) para llevar buena suerte a casa.
Antes el ‘hai loc’ consistía en pedir una rama con brotes nuevos que simbolizan la vitalidad, la salud y la prosperidad, pero esa costumbre va desapareciendo según aumenta la conciencia sobre la protección del paisaje y el ambiente.
Ahora, para llevar buena suerte a casa, los vietnamitas compran un poco de sal, una caja de fósforos, unos sobres con mensajes de buena suerte, o quizá las carambolas, cañas de azúcar y una pequeña maceta.
Son maneras de enaltecer la belleza de la cultura tradicional durante el Tet.