A fin de garantizar los servicios médicos antes, durante y después de la tormenta, el Servicio de Salud Pública pidió a los jefes de las unidades que siguieran la evolución de la tormenta en los medios de comunicación, que respondieran de forma proactiva y rápida a los acontecimientos relacionados con la lluvia y las tormentas, y que garantizaran la seguridad absoluta de los pacientes, el personal médico, los medicamentos, los suministros y los equipos.
También solicitó a las unidades que revisaran e inspeccionaran las instalaciones, especialmente las puertas de cristal y las contraventanas de las habitaciones de los pisos altos.
En caso de tornados e inundaciones, las unidades, especialmente las situadas en zonas bajas, deben tomar precauciones para garantizar la seguridad alimentaria y prevenir y controlar las epidemias durante y después de la tormenta, aconsejó.
Las unidades deben centrarse en garantizar la disponibilidad de personal, suministros, productos farmacéuticos y químicos para la prevención de inundaciones y tormentas y la búsqueda y rescate, así como un servicio de emergencia 24 horas listo para recibir y prestar primeros auxilios a los afectados por lluvias y tormentas. Los equipos móviles de emergencia deben estar listos para responder cuando se les ordene.