Para la población local, la llegada del agua es motivo de alegría y una oportunidad para adaptar los métodos de cultivo y de subsistencia. Dejan atrás la agricultura tradicional y aprovechan los abundantes recursos que aporta la crecida.
Durante generaciones, las crecidas han sido un espectáculo habitual para los habitantes del suroeste del delta del Mekong. La llegada del agua no solo aporta aluviones fértiles y lava la sal acumulada de los campos, sino también hace generosos regalos de recursos naturales al territorio.
Para la población local, la llegada del agua es motivo de alegría y una oportunidad para adaptar los métodos de cultivo y de subsistencia. Dejan atrás la agricultura tradicional y aprovechan los abundantes recursos que aporta la crecida.