Para llegar a Hon Kho, asentada a unos 19 kilómetros de la cabecera provincial de Quy Nhon, se debe partir desde esta ciudad en moto o coche, atravesando el puente de Thi Nai, la bahía de Mai Huong y un tramo de carretera montañosa hasta la aldea pesquera de Nhon Hai, donde se ofrece servicio de transporte a la isla en barco o canoa.
Hon Kho a vista de pájaro.
La maravillosa belleza virgen del sitio se compone de infinitos bancos de arena fina entrelazados con acantilados asomándose hacia el mar.
Aquí los turistas disfrutan de aire fresco y olvidan todo el ajetreo de la vida urbana para sumergirse en la naturaleza.
Cuando el mar está agitado, a Hon Kho lo bañan olas tras olas cuyas espumosas crestas, desde lo lejos, parecen mágicos ramos de flores llegando y saliendo de la vista en un pestañeo. Cuando las aguas se calman, la isla seduce con su fina arena blanca, coloridos arrecifes de coral, exuberante césped y corrientes de agua fresca brotando de las rocas.
Otra atracción del lugar es este “camino que cruza el mar”, de 500 metros de longitud.
Al lado del senderismo, el buceo para contemplar arrecifes coralinos es una experiencia que los viajeros deben vivir. En Hon Kho también pueden observar estos ecosistemas subacuáticos en bote.
Además, los visitantes pueden degustar una gran variedad de platos de mariscos preparados al estilo local, entre ellos el erizo de mar.
El período más recomendable para viajar a Hon Kho es de marzo a septiembre, cuando según muchos puede percibirse a fondo la belleza magnífica y romántica de la isla.