Deliciosas chucherías de otoño e invierno despiertan la paladar de los capitalinos

Entre las brisas frescas de los primeros días del otoño en Hanói, nada tan maravilloso como pasear por las calles, disfrutar el cambio de estación y degustar las deliciosas chucherías en las cafeterías callejeras.

El “Banh ran” es una de las chucherías favoritas de los hanoyenses desde hace mucho tiempo.
El “Banh ran” es una de las chucherías favoritas de los hanoyenses desde hace mucho tiempo.

Banh ran

El “Banh ran” (fritura callejera) es una chuchería callejera sencilla y extremadamente familiar de Hanói. Al pasear por la ciudad no es difícil encontrar a vendedores ambulantes de frituras, apostados en lugares estratégicos de calles y callejones. En dependencia de sus gustos, el comensal puede elegir entre las saladas y las dulces.

Estas últimas se rellenan con frijol mungo, luego se fríen hasta que estén doradas y se cubren con azúcar o miel. Al degustar un “Banh ran” tibio, el comensal experimentará la dulzura de la corteza y el rico sabor de las judías verdes.

El “Banh ran” y su dorado atractivo.

La fritura callejera se considera el plato favorito de los golosos.

En cuanto a la salada, tiene forma circular plana y el relleno es de carne molida y seta. El plato sale con ensalada de papaya, vegetales crudos y salsa agridulce.

Unas frituras son más que suficientes para ‘calentar’ los días otoñales.

Banh duc nong

El “Banh duc nong” parece una chuchería ideal para una tarde otoñal.

El “Banh duc nong” (pastel de arroz caliente) se considera una modificación perfecta del “Banh duc” (Pastel de arroz tradicional) de los capitalinos.

Un cuenco de “Banh duc nong” contiene el pastel suave y glutinoso, un poco de carne molida y seta, grasa con cebolla y un caldo dulce-salado. Esta combinación convierte a este plato en una delicia a la pocos pueden resistirse.

El “Banh duc nong” hace que los comensales solo paren de comer cuando están hartos, pero nunca aburridos de su sabor.

Banh troi

El “Banh troi”, uno de los regalos que calientan las manos.

El “Banh troi” (pastel flotante) es uno de los platos favoritos de los hanoyenses cuando la capital entra en el otoño y el invierno. Un cuenco de unos tres bolas suaves, junto con el relleno de frijol mungo y coco rallado, se degusta con agua azucarada y una dosis de jengibre. El plato se completa con un salteado de maní tostado y desmenuzado.

El agua azucarada del color moreno, junto al olor aromático de jengibre.

Esta delicia se considera la más adecuada para picar en la tarde. Especialmente, se debe degustar mientras está caliente. El calor de los pasteles disipará el frío del invierno.

El mundo parece concentrado en un tazón de “Banh troi” en un día ventoso.

Banh ngo, Banh khoai y Banh chuoi

Las frituras se venden en numerosas cafeterías callejeras.

En los días otoñales fríos, los comensales sienten calidez al comer el “Banh ngo” (fritura de maíz), “Banh khoai” (Fritura de boniato) y “Banh chuoi” (Fritura de plátano). El color dorado y el sonido de los pasteles cuando se fríen los hace más atractivos.

Esta delicia se dedica a los aficionados de comida frita.

El “Banh chuoi” está hecho de harina de trigo y plátanos maduros. Ya desde el primer bocado los comensales disfrutan de una textura especial derivada de la crujiente corteza y la suavidad de la fruta madura.

Cada pastel cuesta unos 30 centavos de dólar.

El “Banh khoai”, hecho de boniato rallado, llama la atención de los paseantes por su olor aromático. Mientras, el “Banh ngo” lo hace por el sabor dulce del maíz.

Las brisas frías y el sol cálido hacen palpitar el corazón de la gente. Estas golosinas aparentemente simples acompañan desde hace mucho tiempo a los capitalinos en esta época del año.