En lugar de preocuparse, los ciudadanos locales están disfrutando de la sensación de paz y tranquilidad en este tiempo.
Las calles están vacías.
La gente aprovecha para charlar en espacios inusualmente tranquilos.
Son pocos los viajeros que aún permanecen en la antigua villa.
El personal de tiendas y restaurantes siempre usan mascarillas faciales.
La vida de los residentes locales no parece cambiar.
Los ciudadanos usan mascarilla cuando salen a caminar.
Ciclistas en la calle.
Los caminos no están atestados de gente como hace una semana.
Los niños pedalean por la tarde.