Además de conquistar la cima del monte del Fansipan y visitar la catarata Thac Bac y el puente de ratán Cau May, la aldea de Cat Cat es una buena opción para aquellos a quienes les gusta disfrutar de momentos privados tranquilos.
Los paisajes en el lugar se mantienen intactos con el paso del tiempo, mientras los lugareños aún preservan su identidad cultural. Además, el desarrollo de la industria sin humo ha generado ingresos estables para los locales, ayudándoles a estabilizar la vida.
Cat Cat se formó a mediados del siglo XIX, donde la mayoría de los residentes son de la etnia Mong.
Las singularidades culturales de la gente local han sido preservadas con el paso del tiempo.
En los últimos años, los lugareños han aprovechado las ventajas de la naturaleza para desarrollar el turismo en lugar de la práctica agrícola.
Además de poder tomar fotografías en el valle de flores, los visitantes también tienen la oportunidad de apreciar la belleza del lugar desde las casas nido de los pájaros.
Las casas fueron construidas con el estilo antiguo, creando una atracción peculiar.
No muy lejos del jardín de flores y a través del antiguo camino de piedra, los visitantes se verán inmersos en un tranquilo espacio turístico.
Una variedad endémica de rosa se cultiva por doquier.