Grupo Juvenil encargado de la toma de Hanói
una época para recordar

Antes de asumir el control de Hanói, se formó a toda prisa el Grupo Juvenil encargado de la toma de la capital con una misión única, la de realizar labores de divulgación sobre las políticas del Partido entre la población capitalina.
Nguyen Van Khang (nacido en 1935), antiguo jefe del Comité de Enlace de dicho Grupo, todavía puede describir con claridad cada tarea y sentimiento de los jóvenes de 18 y 19 años en aquel día histórico hace 70 años.
DIVULGAR PARA QUE CREZCA LA CONFIANZA DE LOS CIUDADANOS EN LAS POLÍTICAS DEL GOBIERNO
A los 19 años, mientras estudiaba en la escuela Tan Trao, en la provincia de Tuyen Quang, el secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas de la escuela, Nguyen Van Khang, y otros 11 compañeros fueron seleccionados por el consejo de maestros para el contingente élite de jóvenes salvadores de la nación. “Los compañeros de la promoción anterior fueron a Dien Bien Phu para participar en la gestión de almacenes y libros contables. Creía que también podría ser enviado al frente de Dien Bien Phu. Estábamos decididos y preparados”, inicia su historia Van Khang.
Pero en lugar de ir al noroeste como esperaba, su colectivo tomó el ferry Binh Ca hasta el distrito de Dai Tu, en la provincia de Thai Nguyen. En ese momento supo que había sido seleccionado para unirse al Grupo Juvenil encargado de la toma de Hanói.
Durante dos meses (de julio a septiembre de 1954), unos 400 miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas de las escuelas Tan Trao, Hung Vuong, Luong Ngoc Quyen y Nguyen Thuong Hien, así como jóvenes que eran pasantes de pedagogía de la escuela de Nanning (China), recibieron preparación sobre las políticas del Gobierno para llevar a cabo una importante tarea. "Teníamos que aprender y asimilar las políticas del Gobierno a fin de tener suficiente información y explicarlas a la población y ayudarla a sentirse segura", compartió Van Khang.
"Teníamos que aprender y asimilar las políticas del Gobierno a fin de tener suficiente información y explicarlas a la población y ayudarla a sentirse segura", compartió Van Khang.
Después del proceso de formación, los superiores pidieron a Van Khang y sus compañeros que fueran serios al entrar en la ciudad de Hanói y que "no tomaran ni una aguja ni un hilo del pueblo", una de las doce normas disciplinarias del ejército en su interacción con la población. En la práctica, esto significaba que los soldados tenían prohibido tomar la más mínima pertenencia de la gente. El 3 de octubre de 1954, el joven Nguyen Van Khang, de 19 años, pisó por primera vez Hanói.
“Para mí, no había nada más feliz que escuchar la noticia de que podía regresar a Hanói para asumir el control de la capital, pero junto con eso vino un sentimiento de bastante ansiedad. A la sazón éramos muchachos de solo 19 o 20 años, muy jóvenes, estábamos preocupados porque no sabíamos cómo completar con éxito la tarea asignada de hacer divulgación y movilizar al pueblo”, compartió Van Khang.
Aproximadamente del 3 al 6 de octubre de 1954, el Grupo realizó la tarea de contactar y brindar información a los capitalinos.
En ese momento, el enemigo difundió mucha información distorsionada para incitar a la población local a emigrar al Sur. Unos 400 miembros del Grupo Juvenil se dividieron en grupos de entre 7 y 10 personas y se desplegaron por 36 calles para llevar a cabo las tareas que se les habían asignado.
Grupo Juvenil encargado de la toma de Hanói. (Foto: Periódico Ha Noi Moi)
Grupo Juvenil encargado de la toma de Hanói. (Foto: Periódico Ha Noi Moi)
“Nos pusimos en contacto con funcionarios públicos (que trabajan para el enemigo), jóvenes en las calles, estudiantes de universidades y escuelas secundarias de Hanói, adolescentes, pequeños comerciantes y residentes locales para difundir las políticas del Gobierno a fin de ayudarlos a sentirse seguros y confiar en las direcciones de las autoridades al apoderarse de Hanói. Muchas veces, cuando llegábamos a una casa y el dueño se negaba a abrirla puerta, volvíamos otra vez y persistíamos en la misión de persuadir", contó Van Khang con la misma voz entusiasta que cuando tenía veintitantos años y cumplía tan importante tarea.
Los hanoyenses hacían muchas preguntas a las que se debía responder. Por ejemplo, ¿Puedo llevar Ao dai? ¿Puedo seguir haciendo negocios? ¿Se cambiará el salario? ¿Habrá represalias?, entre otras. Gracias a las políticas y directrices del Partido y el Gobierno sobre las actividades comerciales y las actividades escolares, todos respondían al pueblo con confianza: "El Gobierno mantendrá la vida como está. Definitivamente, puedes quedarte en Hanói en adelante, ya que nada ha cambiado".
Nguyen Van Khang cuenta sobre el trabajo de movilización de masas.
Nguyen Van Khang cuenta sobre el trabajo de movilización de masas.
Gracias a la labor de movilización de masas, los pobladores ignoraron las incitaciones del enemigo de huir al Sur.
Gracias a la labor de movilización de masas, los pobladores ignoraron las incitaciones del enemigo de huir al Sur.
Para impresionar a los jóvenes, el Grupo Juvenil encargado de la toma de Hanói salió a las calles, se reunió, habló y enseñó canto y baile a los niños. A partir de ahí, se puso en marcha un movimiento para memorizar canciones de bienvenida a los soldados que tomaban el poder, y se esbozaron nuevas consignas: ¡Viva el Presidente Ho Chi Minh! Viva el Partido Laborista vietnamita; Bienvenidos los soldados que recuperan la capital. Muchos eslóganes anticuados y reaccionarios, como "Vete al sur o quédate en Hanói para ir a la celda de Nguyen Ba So" (un campo de prisioneros gestionado por el gobierno en Thanh Hoa), fueron retirados por estos jóvenes y el Equipo Juvenil.
En una sastrería de Hanói se cosen con prisa banderas rojas con estrellas amarillas para dar la bienvenida en Hanói al ejército victorioso. (Foto: Periódico Ha Noi Moi)
En una sastrería de Hanói se cosen con prisa banderas rojas con estrellas amarillas para dar la bienvenida en Hanói al ejército victorioso. (Foto: Periódico Ha Noi Moi)
"Todas las actividades en oficinas, centrales eléctricas, servicios de agua y escuelas se desarrollaron con normalidad", recuerda con entusiasmo Nguyen Van Khang, rememorando aquel emocionante periodo de activismo. "Esto fue posible gracias al esfuerzo de propaganda y movilización de masas que se llevó a cabo", añadió. La única diferencia era que las tropas francesas ya no estaban en Hanói. Sin esa labor propagandística, ¿habrían salido los habitantes a las calles para recibir a las fuerzas liberadoras con tanto júbilo?, ¿habrían sido como uña y carne las fuerzas armadas y el pueblo?"
Así pues, gracias a la movilización y a las explicaciones por parte de los miembros del equipo juvenil encargado de las actividades vinculadas con la retoma de Hanói, en las calles de la capital, ya sin la presencia militar francesa, los jóvenes y el pueblo coordinaron con esa brigada para limpiar las calles. Las canciones y los bailes, que unos días antes se habían practicado en silencio, resonaron en todos los rincones de la ciudad en preparación de la fecha del 10 de octubre.
La formación de un grupo de trabajo, encargado de la movilización de masas en la capital, integrado por estudiantes, fue una política acertada del Gobierno para ayudar a la gente de Hanói a conocer mejor las fuerzas liberadoras en el día de su regreso a la capital. El tío Ho enseñaba que tener al pueblo es tenerlo todo, así que este trabajo de movilización de masas resultó muy valioso para conseguir su apoyo.


Los jóvenes, entre la población de la capital, se tomaron de las manos, enarbolando banderas, pancartas y consignas para dar una alegre bienvenida a las tropas liberadoras que retornaban a la ciudad después de nueve años de alejadas de la ciudad. Las calles de Hanói se llenaron de carteles y banderas rojas. Compatriotas y soldados, tras un prolongado periodo de contención, irrumpieron como las olas del mar. Los tocados de los soldados, los cañoneros y las filas de uniformados que marchaban por las calles fueron bañados con flores frescas. Muchas personas se echaron a llorar por la tanta emoción de aquel momento de júbilo.
Señor Nguyen Van Khang
LÁGRIMAS FELICES EL DÍA DE LA TOMA DE LA CAPITAL
La noche anterior al 10 de octubre, un coche circuló por toda la ciudad anunciando que al día siguiente el ejército nacional entraría en Hanói. La ciudad esperó en vela. Los capitalinos, en particular los jóvenes, pasaron la noche preparando banderas y pancartas.
El arco de bienvenida instalado en la calle de Cau Go. (Foto: Periódico Ha Noi Moi)
El arco de bienvenida instalado en la calle de Cau Go. (Foto: Periódico Ha Noi Moi)
En la calle de Hang Dao (de la seda, por el producto que más se vendía allí) un arco de bienvenida hecho con ese material e instalado por jóvenes ondeaba en el viento otoñal. En las calles Hang Non (por el “non”, sombrero cónico tradicional) y Hang Thung (de los toneles) se apilaban unidades de esa típica prenda y contenedor para formar accesos simbólicos. El entusiasmo de la gente por recibir a los soldados encargados de capturar la ciudad liberada se hizo evidente en el hecho de que los ciudadanos instalaran obras de acogida con los productos representativos de sus barrios.
A primera hora de la mañana del día histórico, a orillas de las calles, engalanadas para la ocasión, concurría gente agitando flores de bienvenida. Los miembros del Grupo Juvenil se mezclaron con la multitud para evitar que irrumpiera en las calzadas y sumarse al mismo tiempo a la euforia por la victoria. Según recuerda Van Khang, Hanói nunca se había colmado de tanta vitalidad como en aquel momento. Jóvenes y adolescentes seguían a los soldados, mano en mano bailando y cantando.
La imagen que más se le queda grabada es la de las madres abrazando emocionadas a soldados, como si acabaran de reunirse con sus hijos tras un turbulento período de separación…
La imagen que más se le queda grabada es la de las madres abrazando emocionadas a soldados, como si acabaran de reunirse con sus hijos tras un turbulento período de separación…
Los expresivos rostros de aquel instante permanecen grabados en la conciencia del avezado oficial de enlace. La gente estallaba en llanto al ver a sus allegados, los amigos se daban abrazos, y los chicos seabalanzaban a los brazos de sus padres tras años de separación. Pero, la imagen que más se le queda grabada es la de las madres abrazando emocionadas a soldados, como si acabaran de reunirse con sus hijos tras un turbulento período de separación. “Es la imagen más bella en el proceso de toma de la capital de nuestro ejército”, apreció.
Extracto del documental “Vietnam en la era de Ho Chi Minh, Crónica en televisión”.
Extracto del documental “Vietnam en la era de Ho Chi Minh, Crónica en televisión”.
Luego de la toma de la capital, la escuadra de Van Khang prosiguió con la tarea de prevenir el éxodo hacia el sur que planeaba el enemigo. “Junto con sus pertenencias, estos compatriotas viajaron a Hanói desde lugares como Thai Binh, Nam Dinh y otras regiones. Vivían errantes en la estación de Hang Co y el área de la catedral de San José a la espera de los trenes a Hai Phong, donde embarcarían con destino al sur. Además, el enemigo se infiltró en el territorio con la intención de inducir a nuestros compatriotas.
Los miembros del equipo se mezclaban con los connacionales, conversaban con la multitud, ofreciéndoles consejos y explicándoles las circunstancias. Incluso atendían a niños y ancianos de salud frágil que se dirigían al sur. Su sinceridad conmovió a los migrantes, quienes decidieron dar marcha atrás y volver a su pueblo natal. Además de proveerlos de comida, el Grupo, con ayuda del ejército, organizaba vehículos para llevar a esos compatriotas de vuelta a sus localidades”, recordó el entrevistado.
La única aspiración de Van Khang y la de otros compañeros del Comité de Enlace que aún viven, era que se aprobara la utilización continua del nombre “Grupo Juvenil encargado de la toma de Hanói” en los registros históricos capitalinos, en vez de “Grupo de Voluntarios en la labor de toma de Hanói”.
La única aspiración de Van Khang y la de otros compañeros del Comité de Enlace que aún viven, era que se aprobara la utilización continua del nombre “Grupo Juvenil encargado de la toma de Hanói” en los registros históricos capitalinos, en vez de “Grupo de Voluntarios en la labor de toma de Hanói”.
Tras retirarse de Hanói, los franceses fueron abandonando poco a poco Hai Duong. Por tal razón, tres destacamentos del Grupo Juvenil parade la toma de la capital siguieron llevando a cabo labores de movilización de masas en esta provincia.
Con el lema “La juventud se ocupa de trabajos duros, la juventud está donde se la necesita”, los miembros del Grupo también participaron en diversas actividades en Hanói, como los preparativos para el regreso del Tío Ho, la bienvenida las delegaciones internacionales y otras tareas urgentes asignadas por la Junta Militar de Administración. Después de más de un año en funcionamiento, la fuerza de estos jóvenes intelectuales era muy apreciada por el Partido y el Gobierno, que los consideraban el núcleo de la obra de construcción del país.
Huérfano desde los cuatro años, Nguyen Van Khang creció con su madre y tres hermanas mayores. Cuando estaba en sexto grado, Khang y sus compañeros se trasladaron de su tierra natal, Hung Yen a Ha Nam, y luego a Phu Tho, Tuyen Quang, para quedarse con los hijos de su tío y continuar los estudios de bachillerato. Aunque su infancia estuvo llena de desasosiego, el joven siempre tuvo la determinación de aportar todo cuanto podía a la revolución.
Después de la liberación de la capital, Khang pudo volver a ver a su madre en su tierra natal de Hung Yen. Al mirar a su anciana madre, sentada junto a una pequeña choza porque su casa se había incendiado, no pudo contener las lágrimas. Como quería mucho a su madre, decidió volver a estudiar para tener la oportunidad de darle una vida mejor. En 1955 fue enviado a China a estudiar agricultura y a la vuelta comenzó a trabajar en el Ministerio de Agricultura, donde laboró hasta su jubilación.
Nguyen Van Khang recuerda vívidamente las emociones de hace 70 años durante sus días en Hanói, cuando se preparaba para la toma de la capital.
Nguyen Van Khang recuerda vívidamente las emociones de hace 70 años durante sus días en Hanói, cuando se preparaba para la toma de la capital.
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A la edad de 91, pese a auxiliarse de un audífono para poder oír, Khang tiene una buena memoria y una voz potente. Aunque él y otros jóvenes de esa época no eran de Hanói y solo se reunieron por menos de un año, el Grupo hizo un trabajo muy valioso para la capital.
Como jefe del Comité de Enlace del Grupo Juvenil de la toma de la capital, Khang esperaba que se se mantuviera el nombre anterior, en lugar de "Grupo de jóvenes voluntarios de la toma de la capital, Hanói". Muchos de los miembros supervivientes del Comité también lo deseaban.
“Queremos pasar los últimos momentos de nuestras vidas en la capital, que tantas huellas guarda de nuestra juventud”
Después de vivir 10 años con la familia de su hijo menor en Ciudad Ho Chi Minh, Khang y su esposa regresaron a Hanói hace casi un año. Quieren pasar los últimos momentos de sus vidas en la capital, que tantas huellas guarda de su juventud. También espera que en esta ocasión tan especial del 70 aniversario de la liberación de la capital, tenga la oportunidad de reencontrarse con camaradas como Ve, Doi, Hien, Phuc y Tho, quienes también trabajaron activamente en el Grupo Juvenil de la toma de la capital.
Nguyen Van Khang y su esposa viven felizmente en una casa en la calle de Truong Chinh, Hanói.
Nguyen Van Khang y su esposa viven felizmente en una casa en la calle de Truong Chinh, Hanói.
Fecha de publicación: septiembre de 2024
Dirección: Nam Dong
Redacción: Thien Lam
Presentación: Ngoc Diep
Fotos y videos: Thien Lam, Museo de Historia Nacional, periódico Ha Noi Moi, Centro televisivo de Nhan Dan
Traducción: Trang Ngan, Thanh Hang, My Phuong, Kim Huong, Hai Anh