Reino Unido espera un nuevo viento

El gobernante Partido Conservador británico celebrará a fines de la próxima semana elecciones para escoger al sucesor de Liz Truss, quien recientemente anunció su renuncia. El ganador se convertirá en el quinto primer ministro del país desde que los conservadores tomaron el poder en 2010.
Casa número 10 de la calle Downing, donde funciona la residencia oficial y oficina de trabajo del primer ministro británico. (Fotografía: Getty)
Casa número 10 de la calle Downing, donde funciona la residencia oficial y oficina de trabajo del primer ministro británico. (Fotografía: Getty)

Truss dimitió tras sólo 45 días en el poder, convirtiéndose en la jefa de gobierno que menos tiempo ha estado en el cargo en la historia del país. Su dimisión allanó el camino para la elección de un nuevo líder del Partido Conservador y del tercer primer ministro británico en tres meses.

En su discurso de renuncia frente a su oficina en el número 10 de la calle Downing, Truss destacó que su Gobierno estableció una visión para una economía de alto crecimiento y bajos impuestos que aprovecharía las libertades del Brexit, pero reconoció que no podía cumplir las promesas que hizo cuando se presentó como candidata a líder conservadora.

Truss ganó las elecciones con su programa de impulsar el crecimiento económico mediante impuestos bajos y mejoras normativas. Pero la reacción del mercado a su plan de reducción de impuestos, que los economistas calificaron de desastre político, la obligó a abandonar el cargo.

Según el plan del "mini-presupuesto", anunciado por el entonces Ministro de Finanzas británico Kwasi Kwarteng, el gobierno preveía una reducción de impuestos por valor de 45.000 millones de libras (50.000 millones de dólares), pero no presentó un plan para compensar el déficit de ingresos fiscales resultante, lo que provocó una pérdida de confianza de los inversores.

La libra esterlina y los mercados financieros se desplomaron debido a una ola de venta de bonos del Estado, lo que desencadenó una crisis de liquidez que obligó al Banco de Inglaterra a comprar de emergencia hasta 65 mil millones de libras en bonos.

A fin de calmar el mercado, Truss despidió a Kwarteng, un cercano aliado, y lo reemplazó por Jeremy Hunt. Poco después de asumir el cargo, el nuevo titular de Finanzas revirtió gran parte del plan de recorte de impuestos del "mini presupuesto", lo que dañó gravemente la reputación de la jefa de gobierno.

La presión sobre la primera ministra aumentó cuando, menos de una semana después, renunció la titular del Interior, Suella Braverman. Al menos 10 parlamentarios pidieron públicamente la renuncia de Truss en medio del caos dentro del Partido y el Gobierno en el cual la dirigente parecía no tenía el poder ni el control del Partido.

Hasta la fecha, solo la actual líder de la Cámara de los Comunes, Penny Mordaunt, ha presentado su candidatura a primera ministra británica, pero los medios del país europeo han enumerado una serie de probables candidatos entre los figura el exministro de Finanzas Rishi Sunak.

Otras posibles postulaciones son el exprimer ministro Boris Johnson, la exministra del Interior y la ministra de Comercio Internacional, Kemi Badenoch. El diputado Graham Brady, presidente del Comité 1922, órgano encargado de elegir al líder del Partido Conservador, dijo que los candidatos necesitarán el apoyo de 100 parlamentarios. Con un total de 357 diputados conservadores, esto significa que se presentarán un máximo de tres candidatos.

El nuevo primer ministro británico enfrentará grandes desafíos en medio de una inflación que en septiembre subió a dos dígitos (10,1 por ciento), un endeudamiento neto ascendente a 20 mil millones de libras (22 mil millones de dólares) y una caída del 1,4 por ciento de las ventas minoristas. La comunidad internacional espera que el Reino Unido tenga pronto un nuevo primer ministro capaz de dirigir el barco británico a través de la tormenta de la inflación y la crisis energética.