Solidaridad, valentía y unidad del pueblo vietnamita frente al Covid-19

La cuarta ola de la pandemia de Covid-19 se propagó rápidamente en Vietnam, convirtiéndose en el tema más preocupante de toda la sociedad. Bajo el liderazgo del Partido Comunista y el Gobierno, todo el sistema político y el pueblo han trabajado de conjunto para prevenir y controlar la enfermedad.

Foto de ilustración.
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Según expertos médicos, ese brote es más complicado que los anteriores por tener como origen una cepa con mayor capacidad y velocidad de propagación, además de implicar a varias fuentes de contagio.

Solo en las dos primeras semanas del brote, diez instalaciones médicas tuvieron que ser cerradas y bloqueadas, incluido un hospital de nivel central.

Si la primera ola de Covid-19 en Vietnam solo duró 85 días y tuvo 100 casos de contagio comunitario, la segunda con 129 días y 554 casos, y la tercera con 57 días y 910 casos, esta registra más de cuatro mil pacientes tras 35 días. Dichas cifras reflejan el peligro y la complejidad del cuarto estallido pandémico en la nación indochina.

En respuesta a la complicada evolución de la pandemia, el Gobierno ha implementado medidas urgentes y drásticas para combatir el mal virulento, bajo el lema "una ofensiva a por todas, más completa, fuerte y efectiva con mayores determinación y esfuerzos; más drásticas, enfocadas y efectivas acciones, para zonificar y controlar la epidemia y estabilizar la situación a la brevedad posible”.

Las provincias, ciudades y las entidades competentes han acelerado el rastreo de contactos, las pruebas de detección de coronavirus y la zonificación de los brotes. Asimismo, han incrementado las medidas preventivas en la comunidad e impulsado la aplicación de tecnología para apoyar la lucha antipandémica. Todos saben que en esta “batalla”, a nadie se le permite estar afuera, ni ser negligente o descuidado, porque la inconsciencia y la irresponsabilidad de unos pocos puede hacer vanos los esfuerzos de todo el país.

En estos calurosos días veraniegos, el personal médico, el Ejército y los policías se han unido para apoyar y coordinar la implementación de la prevención y control de Covid-19.

Para ayudar a aliviar ese trabajo, médicos y estudiantes de universidades de Medicina y Enfermería en ciudades y provincias como Hanói, Hai Phong, Nam Dinh, Yen Bai, Phu Tho, Lao Cai, Thua Thien Hue y Ciudad Ho Chi Minh, entre otras, se ofrecieron como voluntarios para ir a los focos epidémicos.

Gracias a esos esfuerzos, Vietnam controla en lo fundamental esta cuarta oleada de Covid-19.

A pesar de la complejidad del brote y el alto número de pacientes, los ciudadanos conservan la calma, trabajan en estrecha colaboración con las autoridades y cumplen las medidas preventivas.

La implementación del distanciamiento social en algunas localidades se llevó a cabo sin señales de pánico entre los vecinos.

La vacunación para las fuerzas en la primera línea y grupos de personas de alto riesgo de contagio ha ayudado a crear un "escudo" capaz de contener la propagación del virus.

El primer ministro Pham Minh Chinh aprobó el pasado 26 de mayo una Resolución sobre la creación de un fondo para la adquisición y el desarrollo de vacunas mediante donaciones de organismos e individuos nacionales y extranjeros, a fin de inmunizar a toda la población.

Esa decisión ha recibido el apoyo unánime de los ciudadanos, decididos a aliviar la carga sobre el presupuesto nacional. En los últimos días, muchas empresas, agencias, entidades, organizaciones y personas han aportado al fondo, con el deseo de ayudar a todo el pueblo a tener un acceso temprano a los medicamentos contra el Covid-19.

No obstante, la labor de prevención y control de la enfermedad aún adolece de malas prácticas en algunas localidades. Incluso algunas personas y organizaciones se muestran indiferentes y hasta violan las regulaciones sanitarias.

Las autoridades han sancionado severamente infracciones como no usar mascarilla en espacios públicos, no hacer declaraciones médicas o hacerlas de forma deshonesta, publicar información falsa sobre la pandemia o propiciar la propagación de Covid-19 al no cumplir las medidas preventivas, entre otras.

La Policía del distrito de Go Vap, Ciudad Ho Chi Minh, inició el pasado 29 de mayo proceso legal contra miembros de una misión cristiana por el delito de "propagar enfermedades infecciosas peligrosas a las personas".

Las actuaciones drásticas en casos como esos son necesarias para evitar que tales actos comprometan el triunfo sobre el Covid-19 o provoquen consecuencias impredecibles.

Los esfuerzos y la determinación del Partido, el Gobierno y el pueblo en la lucha contra la enfermedad son reconocidos por la comunidad internacional.

Además de controlar la pandemia, el país ha mantenido el desarrollo económico, brindando atención y apoyo de manera oportuna a las personas más vulnerables con el criterio de no dejar a nadie atrás.

A pesar de eso, algunas personas acuden a las redes sociales para negar dichos logros, usar la pandemia para criticar al régimen y sembrar confusiones y dudas. Ni se molestan en averiguar sobre la vacunación contra el Covid-19 en países desarrollados o la dificultad de comprar vacunas.

Se atrevieron a decir que "mientras muchos países europeos y Estados Unidos vacunaron a más del 50 por ciento de la población y están cerca de alcanzar la inmunidad comunitaria, Vietnam sigue sufriendo y aguantando la pandemia”, “sus vidas están a punto de volver a la normalidad y seguimos haciendo el rastreo, el aislamiento y el distanciamiento social”, entre otras suposiciones sin sentido.

Para ellos, es fácil criticar y distorsionar los hechos sin analizar de forma objetiva las causas y la situación del Covid-19 en Vietnam. Esas opiniones no solo carecen de buena voluntad, sino también son maliciosas.

La realidad es que Vietnam ha controlado bien la pandemia, detecta y ofrece tratamiento oportuno a los infestados y mantiene en niveles muy bajos el número de muertes, haciendo válido el principio de que nada es más valioso que la vida de los ciudadanos.

En 2020, debido al Covid-19, la mayoría de las economías en el mundo cayeron en crisis, la tasa de desempleo, la desigualdad social, las protestas y la violencia aumentaron, y la cantidad de muertes por ese agente patógeno llegó a cientos de miles.

En ese año la economía de Vietnam creció 2,9 por ciento, una de las tasas más altas del mundo. En el primer trimestre del actual, el aumento fue del 4,48 por ciento, el más alto del Sudeste Asiático.

El pasado 21 de mayo Standard & Poor's Global Ratings (S&P) mantuvo la calificación crediticia de Vietnam, mejorando su perspectiva económica de 'estable' a 'positiva'.

S&P valoró que Vietnam continuará con una sólida recuperación en el próximo bienio gracias a las medidas efectivas del Gobierno contra el Covid-19, el atractivo para la inversión extranjera, las exportaciones estables, la fuerte demanda interna y la estable posición externa.

Cabe destacar que desde la aparición del Covid-19, este es el único país con mejora en el referido campo de acuerdo con Moody's, S&P y Fitch, las tres grandes organizaciones de clasificación crediticia del mundo.

Así que, en lugar de arrogarse el derecho de enjuiciar sesgadamente los logros de Vietnam en la lucha antiepidémica, esas personas debieran sumarse a las tareas de prevención y control de Covid-19. La enfermedad no perdona a nadie, la indiferencia y la irresponsabilidad de cada uno pueden complicar y dificultar el control de la situación. La unidad, la sobriedad, la calma y la unanimidad de los vietnamitas, bajo el liderazgo del Partido y el Estado, ayudarán al país a ganar esta "batalla" especial.