Promover el espíritu de la Revolución de Agosto en la construcción y el desarrollo nacional

Bajo el sabio liderazgo del Partido Comunista de Vietnam (PCV), en agosto de 1945, todo el pueblo vietnamita, unido y valiente, se levantó para llevar a cabo la gran Revolución de Agosto, lo que condujo al país a una nueva era de independencia nacional para avanzar hacia el socialismo. Para enaltecer la hazaña de este acontecimiento histórico, en los últimos 75 años, el pueblo del país indochino ha seguido haciendo milagros en la causa de construcción, protección y desarrollo del país.

El mitin lanzado el 19 de agosto de 1945 por la Liga para la Independencia de Vietnam (Viet Minh), para llamar al levantamiento y toma de control del Gobierno. (Fotografía: Nhan Dan)
El mitin lanzado el 19 de agosto de 1945 por la Liga para la Independencia de Vietnam (Viet Minh), para llamar al levantamiento y toma de control del Gobierno. (Fotografía: Nhan Dan)

La Revolución de Agosto fue exitosa y en aquel momento, la recién nacida República Democrática de Vietnam se encontraba ‘pendiendo de un hilo’ y con infinidad de dificultades. Para superar esta situación, el Presidente Ho Chi Minh y el Partido pusieron en juego su creatividad e ingenio para pilotar el barco revolucionario hacia la segunda resistencia contra el colonialismo francés, enalteciendo el espíritu de construcción y resistencia nacional con la participación de todos los compatriotas, fomentando la resiliencia y aprovechando el apoyo de los amigos internacionales.

El Partido también lideró al pueblo para frustrar los planes de guerra de los colonialistas franceses. La resistencia contra la invasión francesa resultó victoriosa, siendo el auge la Campaña de Dien Bien Phu, que “resonó en los cinco continentes e hizo temblar al mundo”.

El Acuerdo de Ginebra fue firmado el 20 de julio de 1954, poniendo fin definitivamente al dominio colonial francés en el territorio vietnamita e iniciando el colapso del antiguo colonialismo en el mundo. La región norteña de Vietnam fue liberada completamente, avanzando hacia el socialismo y convirtiéndose en una retaguardia sólida para la lucha por la liberación del sur y la reunificación del país. Por primera vez en la historia, una pequeña colonia derrotó a un imperio colonial poderoso.

Ante la pretensión de los imperialistas estadounidenses de dividir al país y convertirlo en un territorio neocolonial, todo el pueblo vietnamita, dirigido por el Partido y el Presidente Ho Chi Minh, cumplió simultáneamente dos tareas estratégicas: llevar a cabo la Revolución socialista en el norte para convertir a esta región en una base revolucionaria sólida y por otro lado, llevar a cabo una revolución nacional y democrática en el sur para luchar contra el imperialismo estadounidense y sus secuaces, liberar esta zona y reunificar todo el país.

La resistencia antiyanqui por la independencia nacional pasaba por muchas etapas difíciles y feroces, y el pueblo vietnamita a su vez se enfrentaba a las brutales y astutas estrategias de guerra del enemigo. Sin embargo, bajo la conducción del Partido, la Revolución consiguió gloriosas victorias. En el norte, el Partido dirigió al pueblo en la recuperación económica y la construcción del socialismo, convirtiendo a este territorio en la retaguardia para apoyar al campo de batalla en el sur en la guerra destructiva iniciada por las tropas norteamericanas.

Mientras, en el sur, se logró frustrar las estrategias de guerra del imperialismo estadounidense. Con el triunfo de la Ofensiva General y los Levantamientos Populares de la Primavera de 1975, cuyo cenit fue la histórica Operación Ho Chi Minh, la resistencia del pueblo vietnamita por la liberación nacional alcanzó su victoria final, poniendo fin a la resistencia antiyanqui para salvar a la Patria, liberar totalmente el sur y reunificar el país.

Al entrar en la etapa de independencia y reunificación nacional para avanzar hacia el socialismo, todo el Partido, el pueblo y el Ejército dedicaron todas sus fuerzas y su inteligencia para cicatrizar las heridas dejadas por la guerra, empezar una nueva vida e implementar las tareas trazadas de construcción y defensa de la Patria socialista de Vietnam. Por un lado, se debía realizar la edificación nacional de las cenizas de guerra y por el otro, luchar para defender la Patria en las fronteras del suroeste y el norte del país, así como cumplir con una noble misión internacional.

Las dificultades se amontonaban en el contexto de que el país enfrentaba un fuerte cerco y embargo. Sin embargo, todo el pueblo vietnamita, liderado por el Partido y con un alto consenso, superó las dificultades para recuperar la producción, y al mismo tiempo construir y reforzar el gobierno a nivel nacional. Durante el periodo 1975-1985, el país avanzó por la senda del socialismo, que fue también el momento en que el Partido meditaba el camino de la renovación, formando así un nuevo pensamiento derivado de la realidad viva.

De acuerdo con la evaluación de la situación del país, el Partido realizó una renovación integral con orientación hacia el socialismo. En su Sexto Congreso Nacional celebrado del 15 al 18 de diciembre de 1986 en Hanói, esta agrupación política formuló los lineamientos de renovación, sobre todo en materia del pensamiento económico. Este acontecimiento marcó un importante viraje en la causa de construcción del socialismo en el país.

A través de los Congresos del PCV, desde la séptima edición hasta la duodécima, el Partido siempre ratificó su determinación de acelerar una renovación integral, uniforme y radical con medidas apropiadas, mantener firme la orientación socialista y tomar el marxismo-leninismo, y el pensamiento de Ho Chi Minh como fundamento de su ideología y brújula para la acción.

Para lograr tal objetivo, el Partido consideró el desarrollo económico como la tarea central, la construcción del Partido como la tarea clave y la creación de la cultura como la base espiritual de la sociedad. Más de 30 años después de que comenzase el periodo de renovación, el pueblo vietnamita ha cosechado grandes victorias, históricamente significativas e integrales en términos de política, economía, cultura, sociedad, seguridad, defensa, asuntos exteriores y construcción del Partido y el Estado socialista de derecho.

Gracias a esto, Vietnam logró salir de la pobreza y el subdesarrollo para convertirse en un país de ingresos medios. Controla de manera efectiva la inflación, garantiza la estabilidad macroeconómica y la seguridad social, mantiene una alta tasa de crecimiento desde hace muchos años consecutivos, al tiempo que va ampliando las relaciones exteriores y se integra activamente en el mundo. La renovación, que significa una revolución en la nueva etapa, evidencia que el camino del país al socialismo está en línea con la realidad nacional y las tendencias históricas de desarrollo.

El 75 aniversario de la Revolución de Agosto constituye una oportunidad para que todo el Partido, el pueblo y el Ejército repasen las heroicas páginas de la historia de la nación, al igual que los logros cosechados en la lucha, la construcción y el desarrollo nacional, además de profundizar su conciencia sobre las valiosas lecciones aprendidas, con vistas a reforzar la voluntad, mantener firme el objetivo del socialismo, y edificar un país cada vez más próspero y poderoso.