“Por Vietnam, Cuba está dispuesta a dar hasta su propia sangre”. Esta frase del Presidente Fidel Castro refleja palmariamente el espíritu comunista internacional con el que la isla, desinteresada y perseverantemente, se une al hermano del otro lado del hemisferio. Esto no solo se expresa mediante sus cuantiosas donaciones al país indochino en los tiempos de la guerra, sino también a través de la formación de miles de estudiantes quienes han constituido un contingente de intelectuales progresistas a la revolución cultural liderada por el Partido Comunista de Vietnam (PCV).

Cuando el pueblo vietnamita se preparaba para sublevarse contra el colonialismo francés y el fascismo japonés bajo la guía del Partido Comunista de Indochina, el líder del movimiento de liberación nacional, Ho Chi Minh, y el secretario general de esa formación política, Truong Chinh, eran conscientes del papel y las contribuciones de la cultura a la causa de la emancipación. La nación y su pueblo no serán totalmente independientes y libres hasta que se haya abolido la "cultura de la esclavitud".

Ese principio vista allanó el camino a la redacción, en 1943 por el propio Truong Chinh, del llamado Esquema de la Cultura vietnamita. El documento es considerado una declaración del PCV sobre una cultura impregnada de la identidad nacional, basada en la ciencia y vinculada con las masas, durante cuya configuración los vietnamitas concluyeron que “Para triunfar, la revolución cultural debe estar al cargo del Partido Comunista de Indochina”.

El Esquema resaltó la cultura como uno de los tres frentes del combatiente comunista (economía, política y cultura), y que la culminación de la revolución en este campo era un requisito previo para la reforma social. Para lograrlo, el Partido debía conseguir que los cuadros y militantes tuvieran, además de un cálido apego a la Patria, un alto nivel intelectual. Se trataba de un frente arduo y de suma importancia, sobre todo teniendo en cuenta que la política oscurantista del imperio francés mantenía analfabeta al 95 por ciento de la población vietnamita.

Apenas victoriosa la Revolución, los lineamientos del Partido en materia cultural se concretaron en la lucha contra la ignorancia, considerada un enemigo, paralelamente con el empeño de capacitar un contingente de militantes fieles al ideal del Partido y profesionalmente competentes. Una de las acciones en este sentido consistía en enviar estudiantes y cuadros a países socialistas hermanos. Además de instituciones renombradas en la Unión Soviética y las democracias populares de Europa Oriental, que forjaron incontables especialistas para diversos sectores de Vietnam, llegaron jóvenes vietnamitas a la mayor isla de las Antillas, comprometida con la misma tarea, pero bajo la presión del embargo de los imperios.

En un cuarto lleno de documentos y libros, Vu Van Au, primer corresponsal jefe de la Agencia Vietnamita de Noticias en Cuba, rememoró sus primeras clases de castellano, que fueron todo un reto por la barrera idiomática entre profesores y alumnos. Afortunadamente, algunos profesores sabían francés, que se enseñó en un par de escuelas vietnamitas antes de 1945. Quienes lo hablaban como él y otros amigos no tuvieron otra opción que hacer de intérprete. Era retador estudiar una lengua totalmente nueva, comentó el periodista, ahora con 92 años.

Los 23 jóvenes nunca se sintieron desanimados, pues con la ardiente aspiración de que la cultura Vietnam debía “desencadenarse y ponerse al día con la cultura neodemocrática del mundo”, poco a poco salieron del caparazón y se integraron a la vida de la isla, que por entonces colocaba las primeras piedras del socialismo bajo el asedio del embargo y la amenaza de guerra con Estados Unidos. Fuera del aula, se arremangaban y trabajaban en vastos cañaverales. Algunos incluso se ofrecieron para unirse a las filas guerrilleras.

Diplomacia cultural y de pueblo a pueblo: base de una amistad duradera

Después del 30 de abril de 1975, un Vietnam reunificado entró en la etapa de construcción y de defensa nacional. Desde entonces, se abrió una nueva página de desarrollo en los vínculos entre la nación asiática y Cuba, la de una alianza en el movimiento internacional de liberación nacional, de ayuda mutua para desarrollar la economía y romper el embargo, así como promover los nexos de cooperación en economía, cultura, sociedad, educación, formación y otras áreas.

El IV Congreso del Partido Comunista de Vietnam (PCV) en 1976 definió los cambios en la diplomacia del Partido, el Estado y el pueblo, al establecer claramente los grupos objetos, incluidos "la clase trabajadora y el pueblo de los países capitalistas", "los pueblos de Laos y de Camboya", "los pueblos de los países del sudeste asiático", "los pueblos de los países de Asia, África y América Latina".

En ese contexto, la política del Partido sobre el desarrollo y la diplomacia culturales también experimentaron cambios positivos, ejerciendo una amplia y profunda influencia en la relación de amistad Vietnam-Cuba. A lo largo de las décadas del 70 y 80, el Partido Comunista de Vietnam continuó ampliando los vínculos con el Partido Comunista de Cuba (PCC). Ambas partes realizaron importantes aportes ante la volátil situación interna del bloque socialista, especialmente cuando el ejército de Vietnam luchó al lado del camboyano en la erradicación del régimen genocida de Pol Pot y proteger su frontera suroccidental.

Cuando buena parte del mundo no tenía claras las intenciones de Vietnam, Cuba fue uno de los pocos países que reconoció como único gobierno legítimo de Camboya el constituido por el Consejo Popular Revolucionario de Camboya, y a la vez, condenó los crímenes del gobierno genocida de Pol Pot-Ieng Sary, expresando así el apoyo a las acciones de autodefensa de Vietnam.

Al término de sus estudios, muchos integrantes de la primera generación de jóvenes que estuvieron becados en Cuba cumplieron misiones en la isla, incluida la Embajada de Vietnam en La Habana. En las siguientes dos décadas, ellos contribuyeron a fortalecer y profundizar las relaciones bilaterales, contribuyeron a la lucha contra el embargo estadounidense y desbancaron las campañas tergiversadoras sobre la situación en el hermano país.

Muchos antiguos estudiantes vietnamitas en Cuba ocuparon cargos importantes en organismos económicos, sociales, de seguridad y defensa, así como en embajadas y consulados en todo el mundo. Del 2002 al 2016, el cargo de embajador de Vietnam en Cuba fue ocupado por los graduados en Cuba, incluido Pham Tien Tu (2002-2007), Vu Chi Cong (2007-2012) y Duong Minh (2013-2016). El actual jefe de esa misión diplomática, Le Thanh Tung, también estudió en el país caribeño, al igual que Vu Trung My, quien recientemente asumió como embajador de Vietnam en Venezuela.

Gracias a la enseñanza ejemplar de Cuba, se formó un colectivo de funcionarios hispanohablantes de Vietnam, capaces y competentes en distintas esferas. Según estadísticas no oficiales, solo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en determinado momento, el 40 por ciento de sus funcionarios habían cursado la educación superior en la Mayor de las Antillas.

Desde la década de 1990, la doctrina sobre la diplomacia popular se ha perfeccionado constantemente según las exigencias de cada etapa. En el XIII Congreso Nacional, el Partido reafirmó la importancia de la construcción de una diplomacia moderna e integral, basada en los pilares de la diplomacia partidista, la estatal y la popular.

Paralelamente con la doctrina de la diplomacia popular, el Partido ha investigado y aclarado la teoría de la diplomacia cultural. La resolución del XI Congreso Nacional del PCV en 2011 destacó la necesidad de la coordinación estrecha entre las actividades diplomáticas del Partido, la diplomacia estatal y la de pueblo a pueblo; los asuntos exteriores, la defensa y la seguridad; entre la diplomacia, la defensa y la seguridad; entre las aspectos políticos, económicos y culturales de los asuntos exteriores.

Estas son teorías importantes que repercuten en diversos aspectos en las relaciones de cooperación y amistad entre Vietnam y Cuba. Entre ellas, la formación y la educación son un componente esencial, especialmente después de la caída del socialismo en la Unión Soviética y los países de Europa Oriental. Junto con China, Cuba se convirtió en una de las mejores elecciones para los cuadros y estudiantes que aspiran a mejorar sus conocimientos en el extranjero.

Heredando las buenas tradiciones, las actuales generaciones de estudiantes vietnamitas siguen contribuyendo al mantenimiento y el desarrollo de la amistad entre Vietnam y Cuba. Además, el Club de graduados vietnamitas en Cuba ha hecho una contribución significativa al mantener en contacto a los antiguos becarios en la isla. El amor sincero a Cuba les ha ayudado a cultivar los nexos bilaterales sin importar las dificultades. Sus labores, como la traducción de libros cubanos al idioma vietnamita y la publicación del diccionario español-vietnamita, contribuyen a difundir en Vietnam la cultura latina, especialmente la de Cuba.

Como un gesto de agradecimiento al apoyo de Cuba en el pasado, la Unión de las Organizaciones de Amistad de Vietnam y la Asociación de Amistad Vietnam-Cuba colaboraron con el Club de egresados vietnamitas en la isla para recaudar fondos a fin de apoyar al pueblo cubano en momentos difíciles, como durante la pandemia de Covid-19 y tras un incendio en la base de supertanqueros de la provincia de Matanzas.

En abril pasado, el presidente de la Asamblea Nacional de Vietnam, Vuong Dinh Hue, realizó una visita oficial a la isla, en respuesta a una invitación de su Esteban Lazo Hernández. Ese fue un nuevo hito en la historia de hermandad y solidaridad entre los dos países. En esa ocasión, las partes acordaron robustecer la cooperación en los campos como salud, educación, turismo, servicios, producción de alimentos y energías renovables.

La visita se produjo en un año de celebraciones, justo en el marco del 62 aniversario de la Victoria de Girón, el 70 del Asalto al Cuartel Moncada, el 60 de la fundación del Comité Cubano de Solidaridad con Vietnam, el 50 de la histórica visita de Fidel a la zona liberada de Quang Tri. Durante la estancia de Dinh Hue en la isla se celebraron más de 50 actividades y eventos importantes y se firmaron 13 acuerdos bilaterales.

En un encuentro con sus compatriotas en Cuba, el líder parlamentario los instó a seguir contribuyendo a la preservación y desarrollo de la relación especial entre ambas naciones.

En un mundo lleno de cambios, la amistad entre Vietnam y Cuba sigue siendo invariable, pese a los desafíos planteados por la caída del socialismo en la Unión Soviética y los países de Europa Oriental.

En los últimos años, naciones como China, Vietnam, Laos y Cuba están en búsqueda de un modelo de socialismo asociado a las leyes objetivas del desarrollo de los tiempos. En ese camino, Vietnam y Cuba siempre están codo a codo para apoyarse mutuamente frente a las dificultades. Sin lugar a dudas, las generaciones jóvenes vietnamitas que estudian y trabajan en la isla escribirán nuevas páginas históricas sobre la diplomacia popular y cultural entre ambos países.