El enviado especial de Estados Unidos para el país surasiático, Zalmay Khalilzad, llegó el 27 de octubre a la capital afgana, Kabul, para reunirse con el presidente Ashraf Ghani después de los diálogos con representantes oficiales del grupo Talibán en Pakistán.
Con anterioridad, representantes de Rusia, China, Estados Unidos y Pakistán discutieron formas de ayudar a los afganos a lograr una paz duradera, y al mismo tiempo reafirmaron el respeto por la soberanía, independencia e integridad territorial del país surasiático en un encuentro efectuado por esos cuatro países en Moscú.
En una declaración conjunta emitida después de dicha consulta, las partes aseveraron que la demanda del pueblo afgano de poner fin a la guerra y lograr una paz sostenible es totalmente legítima.
China, Rusia y Pakistán respaldaron la reanudación de las negociaciones entre Estados Unidos y los talibanes, y expresaron la esperanza de que ambas partes lleguen a un acuerdo lo antes posible para allanar el camino para las conversaciones internas entre las facciones en Afganistán.
Los cuatros países se comprometieron a ayudar al Gobierno afgano y a las partes involucradas a alcanzar un acuerdo de paz integral y duradero con los talibanes, para poner fin a la guerra, salvaguardar los intereses de los afganos y contribuir a la estabilidad regional y la seguridad global.
Los mencionados esfuerzos de la comunidad internacional tuvieron lugar en un contexto en que el proceso de paz se encuentra en el estancamiento. Mientras tanto, representantes de Estados Unidos y de los talibanes se esforzaron por impulsar las negociaciones sobre Afganistán.
En septiembre pasado, ambas partes casi lograron firmar un acuerdo para impulsar el proceso de paz en ese país surasiático. Sin embargo, el presidente norteamericano, Donald Trump, suspendió las negociaciones después de que el grupo insurgente realizó un ataque en Kabul, el cual provocó al menos 12 muertos, uno de ellos perteneciente a las tropas estadounidenses.
La situación de seguridad en Afganistán empeoró después de la suspensión de varias negociaciones entre Estados Unidos y el grupo Talibán. Una serie de atentados talibanes ocurrieron en distintos lugares en los últimos tiempos. Entre ellos, la explosión del 18 de octubre pasado contra una mezquita en un pueblo remoto del distrito Haska Mina, de la provincia de Nangarhar, causó al menos 70 muertos y 60 heridos.
Con anterioridad, las Naciones Unidas (ONU) reveló que el número de civiles muertos o heridos por los atentados sucedidos en Afganistán aumentó a cifras sin precedentes, de mil 174 personas en julio a tres mil 139 en septiembre, un 42 por ciento más en comparación con el mismo lapso del año pasado.
Funcionarios estadounidenses llegaron a Afganistán para evaluar la situación debido a que ese país surasiático vive una situación muy inestable. El 20 de octubre pasado, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, y una delegación bicameral del Congreso integrada por los titulares del Comité de Inteligencia, Adam Schiff; del Comité de Asuntos Exteriores, Eliot Engel, y de la Comisión de Seguridad Nacional, Bennie Thompson, realizaron una visita sin previo aviso a este país. El mismo día, el secretario de Defensa, Mark Esper, también hizo lo mismo.
En un comunicado emitido por el Palacio Presidencial, en Kabul, el mandatario Ashraf Ghani sostuvo un encuentro privado con Nancy Pelosi y Mark Esper, en los cuales ambas partes intercambiaron sobre la situación de seguridad en el país surasiático y la región, así como el impulso de las negociaciones con los talibanes y la lucha contra la corrupción y el terrorismo.
Numerosos países y organizaciones internacionales, incluidas la ONU, la Unión Europea, China, Rusia, Estados Unidos y Pakistán instaron a todas las partes en conflicto a reducir de inmediato la violencia en aras de crear un buen ambiente para las negociaciones.
De acuerdo con expertos en temas internacionales, las medidas políticas y diplomáticas son la única manera efectiva para resolver las tensiones en Afganistán, y afirmó que la paz y la estabilidad duradera para los afganos solo se lograrán por vías de negociaciones políticas
