Señales positivas

Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos (EE.UU.) y China prometen alcanzar un acuerdo en la segunda mitad de este mes mayo, en el contexto de que ambas partes se han enviado señales positivas. Sin embargo, la mayoría de los analistas opinan que la fricción comercial seguirá siendo una gran cuestión en las futuras relaciones bilaterales, pese a la posibilidad de lograr un pacto en la próxima ronda de negociaciones.

El viceprimer ministro chino, Liu He (izquierda) conversa con el presidente de EE.UU, Donald Trump, en la Casa Blanca. (Fotografía: Reuters)
El viceprimer ministro chino, Liu He (izquierda) conversa con el presidente de EE.UU, Donald Trump, en la Casa Blanca. (Fotografía: Reuters)

La guerra comercial entre EE.UU. y China estalló a mediados del año pasado con la imposición mutua de medidas arancelarias de represalia, causando pérdidas de miles de millones de dólares para ambos países y amenazando con frenar el crecimiento económico mundial.

Hasta ahora, el valor total de aranceles que los dos gigantes se impusieron mutuamente ha alcanzado más de 360 mil millones de dólares. El Gobierno del presidente Donald Trump quiere mantener los aranceles adicionales sobre importaciones chinas hasta que Pekín cumpla con sus compromisos de manera regular. Por su parte, Pekín exigió a EE.UU. a suspenderlos inmediatamente después de la firma de un acuerdo comercial bilateral.

Para poner fin a la disputa comercial, los líderes estadounidenses y chinos acordaron a finales del año pasado una tregua. Desde principios de 2019, EE.UU. y China han realizado numerosas rondas de conversaciones y han alcanzado gradualmente un consenso. También se han mostrado optimistas sobre la posibilidad de finalizar esa guerra desfavorable para las dos grandes potencias económicas mundiales.

El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, dijo que las dos partes tuvieron conversaciones “fructíferas” en Pekín, luego de las últimas negociaciones efectuadas en la capital china, en compañía del representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, con el viceprimer ministro del país asiático, Liu He.

Con anterioridad, al hablar con la prensa en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense, Donald Trump, se mostró optimista respecto al progreso de las negociaciones destinadas a acabar con la guerra comercial. También dejó abierta la posibilidad de que pronto se publicaría una declaración sobre el resultado del proceso de negociación.

Los diálogos comerciales entre EE.UU. y China se llevan a cabo en el contexto de que ambos países han sufrido pérdidas y fatiga causadas por las sanciones mutuas. El ritmo de crecimiento económico de China ha bajado en los últimos trimestres, debido en parte a los impactos negativos de la contienda comercial con la nación norteamericana. El jefe de la Casa Blanca ha acelerado una campaña para la reelección en 2020. Por lo tanto, un avance positivo en las negociaciones comerciales con China beneficiará su campaña.

Por otra parte, las empresas estadounidenses han presionado a su gobierno para que pusiera fin a las tensiones comerciales con la nación asiática. Con anterioridad, la Alianza de Americanos para el Libre Comercio envió una carta al presidente Donald Trump para proponer la suspensión inmediata de los aranceles adicionales si se logra un acuerdo bilateral porque las medidas arancelarias actuales gravadas en productos chinos han perjudicado a los trabajadores, agricultores y consumidores estadounidenses. Se estima que los ciudadanos estadounidenses deben pagar 21 mil millones de dólares de impuestos a causa de la imposición de nuevos aranceles.

De acuerdo con los analistas, en tal contexto, tanto Washington como Pekín acordaron hacer concesiones en las últimas rondas de conversaciones, lo que ha ayuda en parte a solventar las diferencias que parecían imposibles de reducirse. China ha aprobado recientemente una nueva ley de inversión extranjera, la cual se compromete a fortalecer la protección de los derechos e intereses de los inversores y levantar algunas exigencias para la transferencia tecnológica.

En consecuencia, las negociaciones comerciales abordan cuestiones difíciles de resolver, tal como la propiedad intelectual. Pekín también se comprometió a reducir el superávit comercial con el país norteamericano a cero dentro de seis años y mantener el tipo de cambio del yuan en un nivel aceptable. Por su parte, Washington también mitigó las exigencias para Pekín en las últimas negociaciones y no impuso requisitos estrictos con respecto a los subsidios que el país asiático concede a sus empresas.

Actualmente, la opinión pública aspira a que las negociaciones y reuniones de alto nivel entre EE.UU. y China, previstas a realizarse en mayo, ayuden a ambas partes a poner fin a la guerra comercial. Los medios de comunicación de ambos países citaron las palabras del presidente estadounidense, Donald Trump, según las cuales, pronto dará la bienvenida a su homólogo chino, Xi Jinping en la Casa Blanca, a fin de establecer bases para un posible acuerdo comercial.

De acuerdo con el plan anunciado, el viceprimer ministro chino, Liu He, encabezará a una delegación a Washington para otra ronda de conversaciones que se efectuará el próximo 8 de este mes con los funcionarios de comercio de EE.UU, antes de la reunión de alto nivel entre los dos países.

Sin embargo, a pesar de las señales positivas, los observadores aún no son optimistas sobre la posibilidad del cese completo de las batallas comerciales solo a través de un acuerdo en este mayo, debido a los desencuentros entre las dos partes respecto a algunos asuntos importantes en las negociaciones.

Según Washington, los principales temas por pactar son "un mecanismo que facilite el cumplimiento del acuerdo" y "una hoja de ruta para eliminar las medidas arancelarias mutuas. Mientras, Pekín enfatizó la necesidad de asegurar que los impactos del acuerdo sean bidireccionales, y que no solo afecten a la parte china.